El fuerte dolor en una rodilla, reconocido públicamente por él mismo, ha obligado al Papa Francisco a andar en silla de ruedas para seguir desarrollando su abultada agenda.
El hecho inusual se registró este jueves 5 de mayo. Al pontífice se le ve siendo trasladado por uno de sus asistentes mientras saludaba a un grupo de religiosas en la sala de audiencias del Vaticano.
Según reseñan medios internacionales es la primera vez en la historia en que un Papa aparece en público sentado y atendiendo personas en una silla de ruedas.
Desde los días previos a la Semana Santa a Francisco se le notó con cierta dificultad para caminar por lo que se estima que los dolores en la rótula de la pierna izquierda comenzaron antes.
De hecho, algunas celebraciones de la pasión, muerte y resurrección de Jesús que se efectuaron en la basílica de San Pedro no las pudo presidir, cediéndole la responsabilidad a algunos cardenales y arzobispos.
Ya en el inicio de la pandemia, en abril de 2020, al argentino se le observaba en algunos rituales ciertos inconvenientes para movilizarse en la amplia capilla sixtina en la cual lideró algunas oraciones por los muertos por la enfermedad y por el cese de la pandemia.
En esa ocasión, el mismo prelado admitió que sufría de un fuerte dolor en un nervio que le oprimía la columna.
Por lo pronto los médicos no han indicado cuál es el tiempo de recuperación ante esta nueva dolencia de Francisco que cumplió 85 años.