Este domingo 12 de abril, el Papa Francisco ha celebrado en la Basílica de San Pedro la misa del Domingo de Resurrección. Acto seguido oró por el mundo entero e impartió la bendición Urbi et Orbi a la humanidad y a toda la creación.
Al término de su homilía recordó a las poblaciones donde se producen crisis humanitarias, específicamente en Asia y África, como en la Región de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique.
También pidió que Jesús “reconforte el corazón de tantas personas refugiadas y desplazadas a causa de guerras, sequías y carestías. Que proteja a los numerosos migrantes y refugiados —muchos de ellos son niños—, que viven en condiciones insoportables, especialmente en Libia y en la frontera entre Grecia y Turquía.
Cuando voltea su mirada hacia América Latina tuvo mención especial hacia nuestro país.
«Que permita alcanzar soluciones prácticas e inmediatas en Venezuela, orientadas a facilitar la ayuda internacional a la población que sufre a causa de la grave coyuntura política, socioeconómica y sanitaria”.
#12Abr Durante la bendición Urbi et Orbi del Domingo de Resurrección, el papa Francisco pidió que se alcance una solución inmediata en Venezuela, que permita la llegada de ayuda internacional a los venezolanos. – @Gbastidas pic.twitter.com/QrSLe8hMQR
— Reporte Ya (@ReporteYa) April 12, 2020
Insistió que este momento de la pandemia » no es tiempo del olvido. Que la crisis que estamos afrontando no nos haga dejar de lado a tantas otras situaciones de emergencia que llevan consigo el sufrimiento de muchas personas”.
Finalizó su mensaje diciendo que “las palabras que realmente queremos escuchar en este tiempo no son indiferencia, egoísmo, división y olvido. ¡Queremos suprimirlas para siempre! Esas palabras pareciera que prevalecen cuando en nosotros triunfa el miedo y la muerte; es decir, cuando no dejamos que sea el Señor Jesús quien triunfe en nuestro corazón y en nuestra vida.
Que Él, que ya venció la muerte abriéndonos el camino de la salvación eterna, disipe las tinieblas de nuestra pobre humanidad y nos introduzca en su día glorioso que no conoce ocaso”.