Descontrol por la vuelta de racionamientos a Maracaibo

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Foto: Archivo.

El pasado 4 de mayo el Gobernador del Estado Zulia, Omar Prieto, brindó unas declaraciones que levantaron polémica en las redes sociales. Según él, la crisis eléctrica en la región está de vuelta, lo que obliga a que se implementen racionamientos de al menos tres horas diarias.

Pero no fue esto lo que molestó a muchos, sino el hecho de que el mandatario regional afirmara que en este plan de “administración de carga”, no pueden haber sectores “privilegiados”.

Tras el colapso del Sistema Eléctrico Nacional registrado en 2019, el Zulia fue uno de los estados que más sufrió. Días después del apagón nacional del 7 de marzo se implementaron racionamientos eléctricos que se mantuvieron durante meses. Con el pasar del tiempo, una lógica extraña, que las autoridades no han sabido explicar, se impuso al menos en Maracaibo: en algunos sectores hay cortes eléctricos diarios de hasta seis; en otros, nunca se volvió a ir la luz salvo apagones regionales.

Carla juega en el segundo equipo. En su casa la luz se va muy pocas veces, aunque si se registran muchos bajones al día que, de hecho, ya le dañaron el modem del internet, que era nada más y nada menos que su principal herramienta de trabajo.

Ella trabaja en el departamento de gerencia de recursos humanos de una empresa americana y ahora todas sus responsabilidades debe cumplirlas desde su teléfono.

“Cada vez que se va, la señal muere, lo que me hace imposible poder trabajar”, expresa. “Y aunque no se me va tan seguido, obviamente cuando se va, me descontrola todo”.

Por el día de las madres, Carla decidió hacer un negocio exprés: vender desayunos personalizados que entregaría a domicilio, pero un inesperado apagón complicó todo: “mientras hacía las cosas de los postres, se fue la luz y eso me dañó parte de mezcla. Además, me retrasó un montón”.

Frustración en cuarentena

Para María Elena, durante la cuarentena social implementada por la crisis nacional del Coronavirus, “los cortes eléctricos son mucho más agresivos”. Al menos en su casa, se producen de aproximadamente 7 a ocho horas diarias.

“Es frustrante porque además de mantenernos en confinamiento, en total aislamiento social, no podemos contactarnos con nuestros seres queridos, no podemos trabajar y no tenemos mayor distracción”, afirma esta líder estudiantil y activista de derechos humanos.

“Además, la impotencia de no saber que pasa realmente con nuestro sistema eléctrico y estar a expensas de rumores y mentiras, nos consume”, añade.

Aaron Huerta vive en la zona norte de Maracaibo y desde que empezó la cuarentena ha sufrido apagones hasta de 18 horas.

“En el contexto de una cuarentena, hacen que la supervivencia sea la crónica de una muerte anunciada”, opina este joven abogado. “El estar encerrado en la oscuridad sin electricidad, sin señal y bajo temperaturas comunes de 34°, no genera más que frustración, no puedo dormir bien, no puedo trabajar, no puedo hablar con nadie más que mi entorno”.

Cuando se le pregunta entre la diferencia de los apagones actuales y la crisis eléctrica de 2019, no duda en responder: “el año pasado había una regla periódica de horas en que serían suspendido el servicio eléctrico, ahora las variaciones críticas de voltaje son enormes y hay un pleno descontrol con la supresión del servicio, atinente a maniobras y operaciones realizadas por la ineficiente estatal de Corpoelec, como suministradora principal del servicio de energía eléctrica nacional”.