Las fuertes lluvias que cayeron en horas de la madrugada de este jueves 18 de abril causaron afectaciones en diversos sectores de Guasdualito, capital del municipio Páez en Apure, con caída de árboles, algunos techos despegados y comunidades sin servicio eléctrico.

Luego de un intenso verano cargado de incendios forestales, llegan las primeras lluvias causando daños materiales en algunos sectores de Guasdualito y, hasta la mañana de este jueves, no se conocían reportes de afectaciones a personas por parte de las autoridades municipales.

También los vientos huracanados derrumbaron la torre de transmisión de Radio Fe y Alegría 620AM, la primera emisora en amplitud modulada de Guasdualito, que por 32 años ha acompañado a las comunidades llevando información, educación, cultura y la buena nueva de Dios a través de los programas de evangelización.

Árbol derribado por los fuertes vientos, sector Mereicito. | Foto: cortesía

Radio Fe y Alegría Guasdualito se mantiene por la FM

Por lo pronto, el equipo técnico de Radio Fe y Alegría ejecuta un diagnóstico en la planta transmisora de la estación, ubicada en el sector Mereicito de Guasdualito, para cuantificar los daños registrados y aplicar cuanto antes un plan de recuperación de la señal de la radio AM. Mientras tanto, se siguen ofreciendo nuestros servicios informativos y educativos a través de la 101.1 FM.

Este jueves, los llaneros y las llaneras se levantaron y no encontraron su radio encendida. La banda de Amplitud Modulada quedó huérfana sin la 620AM. Y es que algunos tienen fijada la frecuencia en Radio Fe y Alegría: cuando se iba la electricidad y retornaba, se alegraban al escuchar a sus locutores, las noticias y la música que les acompañaba en su faena diaria.

En momentos felices y duros, la radio siempre ha estado allí; en momentos trascendentales como la elevación del territorio a Diócesis, deportistas y talentos que dejan en alto el gentilicio llanero, así como en las inundaciones del 2002 y 2015.

“Que falte todo menos la radio”, comentaba un productor del campo que le decía a su familia que podían dejarlo sin comida en el fundo, pero no sin comprar las pilas del radio.

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