Griselda Sánchez: programa Cada Familia una Escuela es improvisado y desajustado a la realidad

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Foto: referencial.

La representante del Sindicato Venezolano de Maestros (SVM), Griselda Sánchez expresó a Radio Fe y Alegría Noticias que el plan Cada Familia una Escuela, desarrollado por el Ministerio de Educación, es “totalmente improvisado y desajustado” a la realidad del estudiante y del maestro venezolano.

Informó que el 70% de los de los educadores del país no están enviando las tareas online, porque no tienen las condiciones para ello.

“No tienen teléfono, tampoco computadora, los alumnos tampoco tienen sus canaimas. El Internet funciona de manera intermitente en Caracas y en algunos estados como Miranda, pero en Lara, Mérida o Táchira pasan hasta 20 horas sin servicio eléctrico”.

Griselda Sánchez

Estimó que entre el 20 y el 30% de los hogares en Venezuela tienen las condiciones mínimas para cumplir con las actividades que envían los maestros a sus alumnos, y que menos del 30% realizan estas tareas porque no tienen cómo comunicarse con los docentes.

Sánchez mostró su preocupación sobre el hecho de que desde el Ministerio de Educación se hable de la vuelta a clases para el mes de septiembre.

Indicó que han propuesto al Ministerio de Educación que durante los meses de septiembre, octubre y noviembre se le cancelen a los maestros de las escuelas en el país todas sus deudas contractuales, y se haga una revisión de la estructura de los planteles públicos pues “más del 80% están sin agua, sin servicio eléctrico y sin condiciones para iniciar las clases en el mes de enero de 2021”.

La segunda propuesta que plantean desde el Sindicato de Maestros es modificar el calendario escolar. “En los tres primeros meses: enero, febrero y marzo se iniciaría el primer lapso, luego el mes de abril sería para formación docente, posteriormente mayo, junio y julio comienza el segundo lapso. Ya en el mes de agosto se otorgarían vacaciones tanto para los estudiantes como a los profesores”.

Según Sánchez con este ajuste se vería una mejora en el rendimiento de los estudiantes, ya que los escolares cuando terminan las actividades académicas en julio “tiran la toalla por el agotamiento de todo el año”.