Güiria sigue doliendo y mucho: a un año de la tragedia

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Naufragio de Güiria
Foto: BBC.com

El reporte de la desaparición de un bote peñero despertó el temor de una posible tragedia a inicios de diciembre de 2020. El hallazgo del cuerpo de uno de los tripulantes terminó por acrecentar el miedo y solo un hilillo de optimismo era lo que pendía ante la incertidumbre de los familiares para que el temor no se convirtiera en realidad.

Luego el bote desaparecido fue identificado como Mi Recuerdo. Partió el 6 de diciembre de 2020 con una cantidad indeterminada de pasajeros.

Según una versión de ellos mismos eran 15 las personas que iban a bordo del Mi Recuerdo. Pero otros relatos aseguran que iban viajando 41 personas y 4 toneladas, mucho más de la capacidad del peñero.

La localización de 34 cuerpos sin vida colocó el foco en otra embarcación de nombre Mi Refugio. Ambos peñeros habrían salido el mismo día, con apenas horas de diferencia.

Uno partió a las 6:18 pm aproximadamente, y el otro cerca de las 9:00 pm. El que fue oficialmente declarado como desaparecido fue Mi Recuerdo.

El 12 de diciembre se reportaron los primeros hallazgos de los cuerpos inertes en las costas de Güiria, municipio Valdez, estado Sucre. Inicialmente se encontraron 11 cadáveres, cifra que pronto escaló a 19.

Tras varios días de búsqueda, el 23 de diciembre de 2020 el número llegó a 34 fallecidos con la ubicación del cuerpo sin vida de Noelvis Astudillo, en un sector conocido como El Balneario, reportaron los güireños. Entre las víctimas hay siete niños y niñas

Fotografías de 30 personas que murieron en el naufragio/Foto: Germán Figuera

Retazos de las historias que se repiten

Días antes del hundimiento y la ubicación de los cadáveres, varias despedidas marcaron el triste final de quienes soñaron con iniciar una nueva vida en Trinidad y Tobago, la isla que para muchos se había convertido en la “tierra de las mejores oportunidades”.

Una de las historias que narra parte de las implicaciones de un viaje accidentado, la separación familiar, el sueño perdido y la inocencia truncada, es la de Raúl y sus hermanitas gemelas Laura y Luisa.

Raúl tenía apenas 14 años, y a un año de la tragedia de seguro ya cumplió sus 15, pero con el peso de la tristeza encima. Por el otro lado, sus hermanitas Laura y Luisa, de apenas siete años, recordarán, como un vaivén del oleaje, el rostro de su madre que murió aquel 6 de diciembre.

Algunos retazos de la historia rememoran varios momentos claves en la reconstrucción de los últimos momentos de la mamá de Raúl, Laura y Luisa.

Raúl, el hijo mayor, fue el último miembro de la familia que vio a su mamá con vida. Él la ayudó a cargar su bolso y la acompañó hasta Villa Linda, un conjunto residencial que se encuentra en la troncal 9 de Güiria, esa que da acceso a El Balneario, La Salina y Río Salado, todas zonas costeras del pueblo. Allí una mototaxi la iba a buscar para llevarla hasta un lugar desconocido por Raúl.

—Ella me dijo antes de irse “hijo, cuando tú estés feliz yo voy a estar feliz. Cuando estés triste yo voy a estar triste. Me voy para trabajar para ustedes. Pórtate bien”. Y luego me agarró y me abrazó —recuerda Raúl.

Vigilia rogando por los pasajeros/Cortesía

Silencio oficial y las tragedias no contadas

Hasta finales de 2020 el gobierno del presidente Nicolás Maduro no se había pronunciado sobre lo ocurrido el 6 de diciembre de 2020. El 2 de enero la entonces Ministra del Interior Carmen Meléndez anunció que reforzarían la vigilancia en toda la franja marítima de la costa venezolana, con la apertura de “Cuadrantes de Paz marítimos”, pequeñas áreas geográficas que abarcan entre 2 y 5 kilómetros cuadrados, propuestos inicialmente para fortalecer la protección y la seguridad.

En medio del hermetismo varios sucesos trágicos similares al ocurrido esa fecha salieron a reducir. Hasta aquella tragedia se contabilizaban tres naufragios de los cuales no abundaban datos. La información estaba reducida a algunas estadísticas difundidos por voceros de la oposición.

Según los activistas políticos Robert Alcalá y Carlos Valero, entre el año 2019 y diciembre de 2020, ocurrieron tres hundimientos de embarcaciones fluviales dejando a de más de 100 venezolanos desaparecido en el mar.

Este número es especialmente elevado si se considera que 34 personas aproximadamente murieron en tan solo un año en circunstancias similares.

Todos, según se ha dicho, huían de la grave crisis humanitaria en Venezuela y la desesperación había sido parte del «cóctel» de motivos que empujó a miles de venezolanos a buscar un respiro económico sorteando los riesgos en el mar.

Huyen de la pobreza, el desempleo y el hambre. La más reciente Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI), evidencia que el panorama del estado Sucre luce bastante desolador, 97% de su población es pobre. 

Por eso Güiria sigue doliendo y mucho. El contexto no ha cambiado. Por el contrario, se ha agudizado. Según los mismos pobladores a diario siguen saliendo entre 2 y 3 embarcaciones con destino a Trinidad y Tobago. Pero ojalá que no haya otros Güiria ni otros Delta Amacuro.