Los residentes de las comunidades Santo Domingo y Colinas de Navarro, al sur-oeste de la ciudad de Barquisimeto, han estado lidiando con el colapso de las cloacas durante más de cinco años.
A pesar de las reparaciones realizadas por Hidrolara, la situación no ha mejorado y, de hecho, ha empeorado. Hace más de un mes, la empresa destapó las cloacas, pero los problemas persisten debido al deterioro de las tuberías de drenaje.
Los vecinos reportaron a Radio Fe y Alegría Noticias que esta problemática ha afectado la salud de niños, adultos mayores y personas con discapacidad.
Ivon Cecilia Pérez, una residente afectada, detalló que ha sufrido afecciones respiratorias debido a la contaminación. Su esposo, una persona con discapacidad que está postrado en cama, ha desarrollado escaras como resultado de la mala calidad del aire. Su hijo pequeño también fue operado hace menos de un mes por infecciones en los ganglios, atribuibles a la contaminación ambiental.
Saymar Figueredo, habitante de Santo Domingo, destacó que su hogar, donde viven más de 30 personas, ha sido gravemente afectado. Muchos de los niños de su casa padecen enfermedades de la piel debido a la situación.
A pesar de numerosas solicitudes a Hidrolara, la gobernación del estado y la alcaldía del municipio Iribarren, no han recibido una solución adecuada. Hidrolara solo ha aplicado soluciones temporales y las cloacas se colapsan de nuevo.
Por su parte, Gregoria Alvarado, residente de Colinas de Navarro, informó que más de 800 personas en su comunidad han sido afectadas. “A pesar de presentar varios documentos a la gobernación solicitando la sustitución de las tuberías deterioradas, Hidrolara solo reemplazó 100 metros lineales de tuberías hace tres meses, lo que empeoró la situación en otras zonas, como La Ventosa. Aquí, las aguas servidas fluyen a la calle y los olores son insoportables, especialmente al mediodía”.
Promesas que quedan en el olvido
La comunidad teme que las aguas residuales se estén filtrando hacia el río Turbio y pide a las autoridades competentes que tomen medidas urgentes para resolver esta situación. Los residentes se niegan a volver a usar letrinas como en tiempos antiguos y exigen una solución inmediata.
Alvarado recordó que el alcalde del municipio Iribarren prometió en una alocución en una de sus visitas a la comunidad convertir a Santo Domingo en una “tacita de oro”, pero hasta ahora no se ha materializado.
Con el colapso de las cloacas afectando gravemente la salud y la calidad de vida de los habitantes de Santo Domingo y Colinas de Navarro, los residentes exigen soluciones inmediatas de las autoridades competentes. Mientras tanto, la comunidad continúa viviendo en condiciones insalubres, con el temor constante de que la situación empeore.
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