Hasta 200 dólares cobran a familiares por traslados de presos de Cabimas

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Foto: Archivo.

En diciembre se registraron dos motines en el Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas de Cabimas, mejor conocido como el retén de Cabimas que está ubicado en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, los cuales dejaron 10 personas muertas y 6 heridas.

Esta situación motivó al gobernador Omar Prieto a ordenar, nuevamente, el cierre absoluto de este retén. «Ya basta de tantos abusos y que los reclusos se quieran adueñar de ese espacio. Cabimas tiene su gobierno y vamos a cumplir al pueblo», expresó Prieto.

Sobre ello, el director de Una Ventana a la Libertad, Carlos Nieto, dijo a Radio Fe y Alegría Noticias que el posible cierre de este centro de reclusión es la decisión «más cómoda y menos acertada” para Prieto, pues no hay cárceles en el Zulia y esta acción provocará retardo procesal en los reclusos que están en proceso de juicio. Además, tampoco hay espacio en las cárceles del país donde puedan ingresar más personas.

Nieto informó que según las denuncias recibidas por familiares de reclusos del retén de Cabimas, funcionarios de la Gobernación, del Ministerio Penitenciario y de la policía «les están cobrando un aproximado de entre 150 a 200 dólares para efectuar el traslado».

Sin embargo, Nieto explicó que «el anuncio ha generado mucha más zozobra» porque al cerrarlo no hay a donde llevarlos.

Cronología de una tragedia

El primer motín registrado en el retén de Cabimas fue el domingo 22 de diciembre cerca de las 5:00 de la tarde. Los vecinos reportaron que se escuchaban explosiones de granadas y una ráfaga de disparos. Pero no fue hasta al amanecer del lunes 23 de diciembre que los organismos de seguridad intervinieron, según Una Ventana a la Libertad.

Según esta ONG, fallecieron seis personas identificados como: José Gregorio Crusarte Sanabria (25); José Jhonier Fonseca López (39), alias «Taxi»; Ronny José Segovia (37), alias «Gocho Pram»; Aroldo Fuente Martínez (27), alias «Caracas»; Joel Alberto Parra Adames (28); y Mario Alberto González (36).

Además, una interna femenina resultó herida identificada como: Rita Elena Barroso Faría, de 23 años.

El 30 de diciembre se registró un segundo motín: ese día, además de disparos, dentro del reclusorio se detonaron cuatro granadas que provocaron un incendio en el pabellón C.

Este hecho dejó cuatro nuevos muertos que el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas identificó como: Yhonathan Miguel Morales (25), alias «Carro Bomba»; Anderson Javier Navarro Guede (39), alias «Pire»; Julio Alberto Barrio Leal (29), alias «Niche o Tatú»; Wilben Dalmiro Acosta (36), alias «Mata Perro».

Mientras tantos, las personas que resultaron heridas fueron: Douglas Enrique Villanueva Rojas (24); Jendry Andrés Fernández Fernández (26); Rafael José González (57); José Francisco Acosta Reyes (54); y Marcos Antonio Briceño Chaparro, de 31 años.

La guerra por el combustible

Los hechos de violencia que se vivieron en diciembre, presuntamente se deben a «una guerra entre pranes de un pabellón hacia otro pabellón, por la disputa del control del penal que existen en todas las cárceles a través de negocios que producen mucho dinero”, alertó Nieto.

Según las investigaciones realizadas por la ONG, “hay una disputa en el control de la repartición de gasolina dentro del Estado o al menos dentro de la zona que se ubica el retén de Cabimas”.

Para Nieto, “las mafias que operan en las cárceles están compuestos indudablemente por funcionarios que permiten esta situación porque si no, cómo nos explicamos que estos reclusos tenían granadas, ametralladoras y otras armas dentro del retén”.

Hacinamiento que alcanza el 500%

El retén de Cabimas apenas tiene una capacidad para albergar 150 reclusos y actualmente hay más de mil, es decir, un hacinamiento del 500%.

Nieto explicó que es preocupante la cantidad de enfermos que hay adentro, quienes padecen de tuberculosis, VIH, enfermedades graves en la piel o hepatitis, las cuales no son atendidas.

Agregó que aproximadamente hay 110 mil privados de libertad en Venezuela, de los cuales 65 mil permanecen en centros de atención preventivos o calabozos policiales que son espacios que no están acondicionados para tener gente allí después de 48 horas.

“En el Zulia tras cerrar la Cárcel de Sabaneta, se creó el caos, ya que tuvieron que haberla cerrado ya cuando estuviera construida otra cárcel donde trasladar a los reclusos. Después cerraron el retén El Marite, el caos aumentó», expresó.

En ese sentido, exhortó al Ministerio de Servicios Penitenciarios presidido por Iris Valera a no “hacerse la vista gorda”, que debe velar por la vida digna y los derechos humanos de los que están presos.