Para el padre Javier Contreras SJ, politólogo e investigador, no se puede hablar de reconciliación en medio de la compleja situación política y social que vive Venezuela desde hace años, sin pensar en un “país que sea más viable”.
Según él, los procesos de reconciliación “emergen en situaciones donde precisamente se han infringido muchas heridas y porque hay heridas hay que trabajarlas y porque hay que trabajarlas asumimos la noción de largo plazo”.
Este escenario podría describir en parte lo que se ha vivido en la nación venezolana durante los últimos años a nivel político, por lo que Contreras considera que se debe tratar de “delinear una nueva forma de relación entre personas e instituciones”.
“En este momento de Venezuela las posibilidades de reconciliación pasan por hacer al país mas viable o abrir oportunidades para que sea realmente viable, para que tratemos de delinear una nueva forma de relación entre personas e instituciones, pero entendiendo que siempre son procesos de largo plazo y como todo proceso no se puede imponer, porque a nadie se le violenta a nadie se le obliga”, expresó en el programa De Primera Mano TV de Radio Fe y Alegría Noticias.
“Está entonces en manos o en parte de quienes apostamos por esto, el tratar de convencer entendiendo que van a haber siempre interacciones complicadas, interacciones problemáticas desde el sentido filosófico, como lo son qué vínculos tiene la reconciliación con la justicia, con el perdón, con la impunidad, y todo eso es una paquete en el que tenemos que seguir profundizando como sociedad”, añadió.
El reto de acompañar
Contreras, quien también es acompañante de la Red de Reconciliación de la Provincia de Venezuela en la Compañía de Jesús, hizo referencia a una investigación del Centro Gumilla en la que participó y que se publicó en 2024, que se denominó “Cultura democrática y participación política en Venezuela: Reflexión situadas en comunidades”, afirmando que las comunidades tienen la necesidad de ser acompañadas para que la “realidad del país” no sea un problema, sino una oportunidad.
En este estudio se determinó, según el entrevistado, que muchas personas consideran que vivir en Venezuela resultaba una carga anímica, social y psicológica.
Sobre la forma de hacerle frente a esa “realidad”, lo que arrojaron las entrevistas es que “las personas tienen conciencia de la dificultad de la situación, pero hay un compromiso de fondo de no dejarse vencer por esa situación”.
“Ahora bien, el reto es cómo acompañar a las personas que tienen ese deseo de no dejarse vence por la situación y eso para ellas significa reconstruir lazos (…) poder seguir adelante asumiendo el dolor y trabajando las heridas. Entonces cómo acompañamos eso desde las diversas obras de la Compañía de Jesús, pero también cómo se traslada ese mensaje a los responsables de las decisiones políticas para que entiendan que así está viviendo buena parte de nuestra población la situación actual, y por tanto caigan en cuenta en la necesidad de abrir nuevos caminos de interpretación para que la realidad no sea una carga sino una posibilidad”, señaló.
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