Hace 104 años José Gregorio Hernández sufrió un trágico accidente que le quitó la vida. Desde ese momento, el llamado “médico de los pobres”, acompaña a sus creyentes en sus hogares, en su fe, en los momentos duros y esa estampita religiosa que más de uno tiene en su cartera o mesita de noche.
Jose Gregorio Hernández falleció a los 54 años el 29 de junio de 1919 en la ciudad de Caracas, luego de ser atropellado por un vehículo mientras cruzaba una calle, resultando gravemente herido. Tras el accidente, fue trasladado al hospital, pero falleció poco después debido a las lesiones sufridas.
Sus restos reposan en la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, donde cada año miles de fieles acuden a rendirle homenaje.
Tras su fallecimiento, la figura de José Gregorio Hernández adquirió un significado aún más especial para el pueblo venezolano. Se le atribuyen numerosos milagros y se le considera un santo popular.
Su proceso de beatificación y canonización se llevó a cabo por parte de la Iglesia Católica, y el 30 de abril de 2021 fue proclamado beato por el Papa Francisco, quien avaló un milagro concedido.
Esto ha sido un motivo de alegría y devoción para muchos fieles venezolanos, quienes desde antes de su muerte han considerado a José Gregorio Hernández un santo capaz de conceder milagros, un símbolo de esperanza, bondad y también de amor al prójimo.
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