La Batalla de Carabobo perteneció a una década «muy sangrienta»

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Foto: VTV

La batalla de Carabobo escenificada el 24 de junio de 1821 «fue decisiva porque allí culmina el proceso bélico de la independencia que empieza en 1811 a partir de una confrontación militar». El historiador zuliano Ángel Lombardi no tiene dudas de esta afirmación que también han documentado a lo largo de dos siglos varios colegas suyos dentro y fuera de Venezuela.

En este espacio de reflexión en retrospectiva que compartió con Radio Fe y Alegría Noticias acotó que esta gesta se inscribe dentro de una década muy sangrienta en la cual «los dos bandos pelearon a muerte» pero destaca especialmente, tal cual como lo apunta Laureano Vallenilla Lanz, «que fue una guerra civil básicamente porque los ejércitos de ambas partes, patriotas y realistas, eran venezolanos, el único ejército español que llegó a Venezuela a combatir a los independentistas fue el de Morillo, en 1815, diezmado más que por la guerra por el trópico».

Exagerado culto militar del proceso independentista

Para el ex rector de LUZ la batalla de Carabobo, hoy enaltecida con varios actos en el Campo donde se realizó por su bicentenario, también sirvió de inspiración para otros procesos similares en el sur del continente. «Lo que hoy sería Nueva Granada, Ecuador, Bolivia y Perú, y todo eso está ligado al nombre de Bolívar que era el líder político y estratégico de todo ese proceso bélico de esta década furiosa, de esta década difícil».

En este sentido no desprecia los motivos y la identificación que en la FANB, y en especial en el Ejército venezolano actual, «tengan para conmemorarla, e igualmente el país en términos simbólicos».

Pero en este punto es mordaz cuando asevera que se exagera «en el culto militar de la independencia como si no hubiera habido sacrificio y participación civil y como si para la República en toda su historia no sería más importante, a la larga, la construcción civil de una democracia y de un país más de justicia social que realmente seguir cultivando una memoria bélica de la historia que a la final termina perjudicando».

Los antecedentes para llegar a la Batalla de Carabobo

Para llegar a ese 24 de junio de hace 200 años Lombardi refresca algunos antecedentes de hechos que se suscitaban en gran parte de Europa y en este lado del continente. Es así como rememora la independencia de Estados Unidos, el primer país en hacerlo en América, seguido de Haití, en 1804.

Luego se registra el secuestro del Rey de España por parte de los franceses, hecho que tuvo un gesto de lealtad en Venezuela con la declaratoria del 19 de abril de 1810.

Seguidamente en 1811 comienza el proceso que conllevaría al desencadenamiento de otras acciones bélicas y políticas que en el caso venezolano desembocan en la Batalla de Carabobo.

Es así como reseña la huida de Bolívar «a la Nueva Granada, la prisión previa de Miranda, su capitulación y la caída de la Primera República, después viene la lucha de guerrillas en el oriente de algunos patriotas con algunos éxitos parciales, después el paso a Los Andes, regreso a Caracas, Bolívar es declarado Libertador, seguido de varias derrotas, continuando el proceso de Guayana donde empieza el proceso propiamente exitoso militar donde se da la recuperación del país y el logro de la independencia que culmina con Carabobo».

Al hacer estas vinculaciones con otros procesos similares en otras partes del mundo alerta que los mismos no fueron actos mágicos «que ocurrieron de un día para otro sino que se fraguó en un largo siglo, finales del 18 hasta finales del 19, por eso a Carabobo hay que inscribirlo no como un acto aislado sino como un proceso político mundial donde estaban involucradas las grandes potencias de la época como Francia, Inglaterra, Estados Unidos y los países de América».

Ángel Lombardi/Archivo

Los actos son una afrenta al país humillado

«El oficialismo necesita propaganda positiva, con esto están creando una especie de convocatoria simbólica del país en torno a la nacionalidad que Carabobo encarna porque no tienen más nada que ofrecer». Con esto responde a la consulta por qué desde esta corriente política, actualmente en el gobierno, se le ha dado tanta prevalencia a esta celebración.

El también ex rector de la Universidad Cecilio Acosta apuntó que «para nadie es un secreto la situación desastrosa que hay en Venezuela, el fracaso gubernamental en todos los rubros, la destrucción de la economía, el éxodo masivo de 6 millones de venezolanos», a lo que le suma el caos de la pandemia y la mala respuesta que se ha tenido más «el hambre, el aumento de la pobreza, salarios inexistentes , hiperinflación; entonces, frente a esto el gobierno está buscando un oxígeno a través de la parafernalia de un desfile y las antorchas».

Ante este cuadro advirtió que se trata del viejo «pan y circo romano, que en este caso hay mucho circo y sin pan, sin arepas, si queremos criollizar la frase».

Lamentó que en vez de utilizar esos recursos «que van a gastar en estos festivales militares» no se atiendan asuntos humanitarios que son urgentes en Venezuela».

Van a intentar distraernos, van a hacer una gran cobertura publicitaria y van a llamar al patriotismo, lamentablemente vamos a sufrir este show, yo creo realmente que es una afrenta al país humillado, al país que está sufriendo, que está pasando por grandes penalidades».

El monumento, construido en Campo Carabobo, de 30 metros de altura simula la réplica del sable del Libertador

Aunque no cree mucho en algunos rumores que se han desatado últimamente sobre un supuesto ritual relacionado a la santería que se estaría profundizando con la realización de estos actos, ya que esas creencias «pertenecen a un vestigio antropológico cultural», admite que no le extrañaría que hubiese algo de esto «porque es bastante usual que desde el poder existan vínculos que se cultivan con ese mundo oculto del espiritismo, la magia, el otro mundo».