El Día Mundial de la Diabetes busca sensibilizar a la población de los riesgos que supone esta enfermedad. En este 2024, el énfasis se hace en la diabetes tipo 1 que afecta en mayor medida a niños y niñas.

En Venezuela, por el contexto de emergencia, la calidad de vida de los pacientes es precaria y la expectativa de vida baja con respecto a sus pares que no padecen la enfermedad.

La Organización Guerreros Azules acompaña a niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos que padecen diabetes.

¿Qué es la diabetes tipo 1?

Marta Palma es representante de la organización y explicó en el programa Háblame Bajito, que transmite Radio Fe y Alegría Noticias, que la diabetes tipo 1 es cuando el páncreas no es capaz de generar insulina y hay que inyectarlo de manera externa.

Los pacientes necesitan una serie de cuidados, equipos e insumos para mantener el control del azúcar en sangre.

¿Qué hacen en la organización?

En 2016, cuatro madres se juntaron para incidir públicamente en el tema desde sus experiencias con hijos diagnosticados con diabetes tipo 1.

Principalmente, en Guerreros Azules se dedican a la acción educativa para fomentar la prevención y los cuidados.

Dedican jornadas para visitar colegios y explicar las causas de la enfermedad, el alcance, las formas de tratarse y de diagnosticarse.

Se conoce que se trata de una enfermedad autoinmune en la que poco inciden los estilos de vida, aunque siempre se recomienda una alimentación saludable y la práctica de actividad física.

La ONG atiende a las familias con pacientes entre 0 y 21 años.

Un día al mes realizan un “domingo azul”, una jornada en la que los pacientes y sus padres comparten en espacios al aire libre para intercambiar experiencias y hacer deporte.

En la actualidad, tienen registrados a 900 personas, aunque la cifra puede variar porque no se registra a los más pequeños.

Incremento de la diabetes por la COVID-19

Aunque la mayoría de los casos se detectan a edad temprana, después de la pandemia por el Coronavirus se incrementó en un 30 % la aparición de casos, ahora en personas adultas.

Uno de los últimos pacientes que se incorporó a la organización es un joven de 22 años que padeció COVID-19 y posteriormente se le diagnosticó la diabetes tipo 1.

Sintomas frecuentes

Aunque los sintomas pueden variar entre los pacientes, Palma reconoce que existen tres que deben llamar la atención de los padres.

El primero es que el niño tome mucha agua, el segundo es que orine con mayor frecuencia que los demás y el tercero es que baje repentinamente de peso.

La activista advirtió que la combinación de estos tres factores es la señal que los debe llevar al médico.

De igual forma, según hallazgos de la ONG, el factor emocional podría estar vinculado a la aparición de la condición.

En la mayoría de las consultas que realizaron, se identificó un evento con impacto emocional en las personas unos 6 meses antes de la aparición de los síntomas.

Marta Palma cuenta que conoció un caso de una joven que perdió 17 kilogramos en apenas una semana.

Por otro lado, también alertó a la sociedad médica para que entrene a todos los actores para que sepan leer los síntomas y no retrasen el diagnostico.

Urge educar e informar sobre la diabetes tipo 1

Existe la creencia de que las personas con diabetes ya no pueden comer ningún postre y no es así. Palma explica que los niños pueden comerse un trozo de torta o un pedazo de pizza sin problemas, siempre y cuando esté regulada la glicemia.

La representante de la organización considera que es urgente educar e informar sobre la diabetes tipo 1 para bajar los niveles de desinformación y aumentar la confianza en la medicina.

Los mitos y las creencias falsas ponen en riesgo la vida de los pacientes. Existen docentes que prohíben a los niños inyectarse en clases o que no les permiten comer en una hora diferente a la del resto y esto evidencia la desinformación.

Marta insiste en que la diabetes no es mortal y que la insulina no mata, como creen muchos. Los pacientes no mueren de diabetes, en todo caso, morirán de viejos.

Medicamentos

En este momento, los pacientes y las familias tendrían que invertir unos 150 dólares en insulina. Sin embargo, el 95 % de los pacientes acceden por donaciones.

Una pluma de insulina puede durar hasta dos semanas en los niños, pero en personas mayores puede acabarse en unos tres días.

En medio de la emergencia humanitaria compleja, la diabetes tipo 1 reta a las familias día tras día.

Escuche la entrevista que ofreció Marta Palma a la periodista carlota Rojas:

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