La Divina Pastora emprendió la mañana de este domingo 14 de enero su procesión número 166 en compañía de los fieles que, año tras año, la acompañan y honran.
El monseñor Owaldo Araque, quien es el administrador apostólico de la Arquidiócesis de Barquisimeto, no solo encomendó la peregrinación sino también la vida de todos los devotos de la virgen. Araque contó con la compañía de todos los sacerdotes de Barquisimeto, reseñó el portal La Prensa de Lara.
La homilía, que comenzó un poco después de las 9:00 de la mañana, tuvo una mención especial hacia el padre Josiah K’Okal, a quien hallaron sin vida el martes 2 de este mes.
Araque aprovechó la ocasión para invitar a la reflexión a todas las personas sobre las celebraciones religiosas y la alegría que debe existir en cada ser humano. A su juicio, si no hay celebraciones, “la vida religiosa” no tiene sentido.
El sacerdote comentó que en esta fiesta de la Divina Pastora está puesta la fe y el agradecimiento de los larenses y que “lo que no se expresa ni se celebra, no existe”, dijo.
Adicionalmente, Araque invitó a todos los presentes a tener un corazón abierto y lleno de gozo hacia Jesucristo, pues piensa que quienes viven con Jesús dentro de sí siempre tendrán algo que celebrar.
“Esta procesión es motivo de alegría, comunión y esperanza. La lectura de hoy es esperanza, alégrate hija de Sion que el Señor viene a habitar dentro de ti, no se puede vivir mucho tiempo sin alegría, la alegría es un bien del que todos debemos disfrutar constantemente”, agregó.
“No vivir de la alegría pasajera”
Por otra parte, si bien monseñor durante la eucaristía se refirió sobre las celebraciones y alegrías en Jesucristo, también pidió a la sociedad que no viva solamente “la alegría pasajera que ofrece el mundo”. Aunque todas las personas quieren ser felices, muchos buscan esa felicidad en lo material, en lo superficial.
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