La madre tierra llora a los pemones

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Nuestra madre tierra llora la muerte de sus hijos pemones.

El sonido de su llanto retumba en Roraima e inunda los caudalosos ríos de toda la amazonia. Los que ofrecieron su vida terrenal ahora viven eternamente con los Mawari (espíritus de sus ancestros) y sus nombres quedarán grabados en los Tepuy donde habitan los Dioses.

Y desde lo alto de la montaña su creador Makunaima envía bendiciones para que llegue la prosperidad como un manantial que aleja a Canaima (el espíritu del mal).

La abuela y el abuelo, que se convirtieron en piedras, moran en la cascada más grande del mundo. Desde allí bañan con sus aguas benditas al pemón, que aún permanecen en la vida terrenal.

Glenyis Sencial