La olla solidaria de Fe y Alegría llegó a los más profundo de la selva en Delta Amacuro para atender a los originarios a menos de una hora del Atlántico.
Durante este acto, los habitantes de Dijarukananoko, en el municipio Antonio Díaz, disfrutaron de un ración de comida. Además, los mismos estudiantes lideraron el compartir comunitario.
Diógenes Colina, coordinador de Educación Indígena del Instituto Radiofónico Fe y Alegría, informó que durante la actividad cerca de 150 personas fueron atendidos al final de varias jornadas educativas que terminaron con una olla solidaria.
Según Colina, un equipo ávido que se caló ocho horas de viaje por continuar las labores educativas y sociales en Dijarukabanoko hizo posible la actividad.
También informó que Dijarukananoko es uno de los centros donde funciona una escuela de Fe y Alegría en Delta Amacuro que funge como centro piloto del sector.
«De esta manera Fe y Alegría mantiene presencia en la selva de Delta Amacuro donde es especialmente difícil llegar con la actual crisis», aseveró Colina.
Pese a todas las dificultades que implica continuar conal labor educativa, Fe y Alegría Delta Amacuro tiene activas todas sus escuelas en el Bajo Delta.
«Seguimos trabajando por una educación de calidad como lo soñó nuestro fundador, el sacerdote Jesuíta José María Vélaz», dijo Colina.
«Una educación para los pobres no puede ser una pobre educación», dijo Colina parafraseando a Vélaz.
También los niños fueron incorporados a las actividades, y algunos son nuevos estudiantes de Fe y Alegría. «Nuestra población de estudiantes va en aumento», aseguró Diógenes Colina.