La promesa incumplida de un sancocho a la orilla del Guaire

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Foto: referencial.

El presidente fallecido, Hugo Chávez, quizás se imaginó de fondo una copla del cantante Cristóbal Jiménez mientras se bañaba en el Guaire y en la orilla terminaba de cocerse un sancocho. Lo cierto es que después de varios años y cientos de millones de dólares invertidos la promesa de darse un chapuzón en este río junto a su amigo presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, no llegó a concretarse.

Chávez lanzó esa declaración en una alocución ofrecida en 2005 la cual quedó documentada en video. El mandatario estipuló un año para la fecha de cumplimiento, e hizo la invitación a Ortega en nombre de la ministra del Ambiente para esa época, Jaqueline Farías, actual jefa de Gobierno del Distrito Capital.

Más de 150 años tiene el Río Guaire como desagüe, desde el gobierno de Antonio Guzmán Blanco, que inició el sistema de alcantarillado (1870-1887) y decidió que el río sería la cloaca principal de la ciudad.

Pero antes de que Guzmán dispusiera sobre esta cuenca hidrográfica, los ciudadanos la utilizaban para bañarse.

“Allí se podía lavar la ropa. Había balnearios, de hecho había uno que estaba a la altura de Puente Hierro, donde además del río había algunas pequeñas cascadas… La gente aprovechaba”, contó para Radio Fe y Alegría Noticias Jesús Delgado, geógrafo y coordinador del Curso de Gestión Integral de Riesgos en la Planificación Ambiental de la Universidad Central de Venezuela.

En efecto hubo una época en la que la gente iba a refrescarse en el Río Guaire durante las tardes calurosas de Caracas, sin embargo, luego de más de un siglo siendo desagüe volver a bañarse allí estaba formalmente descartado.

Su propaganda quedó como una promesa que al día de hoy no se cumple. “El Guaire tiene un caudal pequeño y no creo que funcione para bañarse”, expresó Jacqueline Farías en 2014.

Otros expertos como el ingeniero hidráulico, Santos Michelena, miembro honorario de la Academia Venezolana de Ingeniería y Hábitat, además estudioso del Guaire, dijo en varias ocasiones que no era viable el proyecto en su totalidad.

“El destino del arroyo más grande de Caracas es ser un canal de drenaje y jamás podrá rescatarse como río”, aseguró Michelena en una entrevista al diario El Universal en agosto de 2012, quien un año después fallecería a los 89 años de edad.

Entonces el saneamiento con fines ambientales y no recreacionales, como aseguró en un primer momento Chávez, sí era posible.

Con la conclusión del proyecto no solo se iba a evitar las inundaciones en las barriadas de Caracas, mejoraría el paisajismo, se caminaría en tramos de la ciudad más arborizados, sino que además se crearían corredores ecológicos para que ciertas especies de animales se desplazaran de un lado a otro.

“El agua en cuencas intervenidas como el Guaire no volverán a ser cristalinas, pero por lo menos se sacarían todos los plásticos y los contaminantes orgánicos. Esa era la ganancia más importante”, afirmó Delgado.

Lo que se quiere hacer con este río, que atraviesa el valle desde Macarao hasta El Llanito, es copiar otros ejemplos de saneamientos en el mundo, “y eso es bienvenido”, agregó el geógrafo.

La revista brasilera Examen publicó una lista de ríos urbanos que lograron restaurarse, algunos en muchos años, otros en menos tiempo, y con una inversión menor a la destinada hasta ahora para la rivera caraqueña.

Uno de ellos es el Sena, en París, que se degradó por contaminación industrial y de aguas residuales domésticas. En 1960 comenzó su saneamiento y hoy tiene plantas de tratamiento que incluso permiten que habiten unas 30 especies de peces.

Está el Támesis, en Londres, que llegó a provocar cólera, pero hoy tiene hasta dos barcos navegando. Es un río de casi 350 km de largo, y para su descontaminación se invirtieron 280 millones de dólares, lo que incluyó una planta de tratamiento y la eliminación diaria de 30 toneladas de basura.

Especialistas en el tema concuerdan en que realizar una tarea de estas características en Venezuela es posible.

“Es una obra que cuesta y llevaría tiempo, no solamente por los costos directos, sino los indirectos como: acondicionamiento de las áreas naturales intervenidas… Un trabajo como este requiere de una gestión eficiente, honesta y transparente”, aseguraron.

¿Qué hicieron los reales?

De acuerdo con un trabajo periodístico publicado en el medio de comunicación Efecto Cocuyo en 2018, firmado por la periodista Shari Avendaño, el monto de requerimiento de inversión del saneamiento del Río Guaire es aproximadamente de 2 mil 500 millones de dólares, lo que hizo que fuera estructurado por etapas: desde la cabeza del río Macarao hasta el Llanito.

Por decreto presidencial, en 2005 se declararon de interés general los esfuerzos focalizados en la limpieza de este río.

En 2006 se concluyó el Estudio de Factibilidad del Proyecto de Saneamiento del Área Metropolitana de Caracas, cofinanciado por la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (ACDI). Para finales del 2010 se habían invertido un total de 150 millones de dólares.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) colabora en este proyecto desde 2012, y según publicó el medio de comunicación Crónica.Uno en 2016, la fase III del plan fue financiada por el BID y se dispuso de 300 millones de dólares.

Periodistas de Crónica.Uno tuvieron acceso a una fuente que informó que las 30 obras planificadas para separar el agua de lluvia de las aguas servidas, 80% estaban paralizadas.

Radio Fe y Alegría Noticias consultó a una fuente independiente sobre por qué se había estancado la obra, y la hipótesis que maneja es que la fusión del Ministerio de la Vivienda junto a la del Ambiente en 2014 cambió por completo el formato de trabajo.

“Cuando sucedió las empresas privadas del Ministerio del Ambiente que trabajaban en el proyecto se fueron (del país)… Desde ese momento cambió todo, cambió totalmente el formato de trabajo que se estaba realizando por parte del Ministerio del Ambiente”, dijo la fuente.

También aseguró que un proyecto de tal envergadura como es construir 150 mil metros de colectores de agua a lo largo de 38,5 kilómetros, edificar o rehabilitar 32 mil metros de canalizaciones, fabricar 19 presas de retención de sedimentos y mitigación de riesgos, además de levantar cinco estaciones de bombeo y cinco plantas de tratamiento como mínimo llevaría de cuatro a cinco años de trabajo, no uno como dijo Chávez en una transmisión, quien trató de matizar en dos ocasiones posteriores a 2005 cuando habló del tema.

La inauguración de esta obra pintaba para ser celebrada como una fiesta de talla presidencial, música llanera, invitados internacionales; luego de casi 15 años los ciudadanos en la capital ya no esperan hacer un sancocho a las riberas del Guaire mientras sus conocidos se zambullen en el agua, lo que anhelan en el barrio es que cuando llueva no se les inunde la casa.