El conflicto bélico entre Rusia y la Otan en Ucrania ha demostrado que la mayoría de los países del mundo tienen unos ejércitos con armas obsoletas. Un ejemplo patético e irónico fue el accidente ocurrido recientemente de un Zukhoi de fabricación rusa, uno de los aviones más temidos por las fuerzas armadas más poderosas del planeta derribado por un zamuro en Venezuela.
Mientras la inteligencia artificial hizo su debut con drones de tierra, aire y mar.
“Me dejaron morir las personas que jamás esperé que lo harían, mientras que la otra cara de la moneda es que me rescataron las personas que nunca esperé”. Quizás esa frase resuma el sentimiento de los sobrevivientes del experimento al que estamos sometidos.
La vida es una mente: cada día que pasa nos acercamos a una dosis desconocida de verdades.
Mientras está en pleno apogeo la guerra de Rusia contra la Otan en Ucrania, se debate en altas esferas la estrategia para preservar la hegemonía norteamericana con el Nuevo Orden Mundial, mientras China, Rusia, India y otros promueven el mundo multipolar.
Todo esto ocurre mientras la crisis económica mundial desatada por el boomerang de las sanciones y bloqueo contra Rusia continúa golpeando el bolsillo de las élites; en Estados Unidos comienza la gran depresión: el mundo se está desdolarizando, abriendo paso al dinero digital, lógicamente para tener más control social, pero la paradoja es que mientras el dólar pierde terreno como divisa internacional y pierde valor, en Venezuela los viejos y nuevos ricos continúan con el proceso de acumulación de capital económico de una minoría sobre el infortunio de las mayorías bajo el amparo del gobierno y sus instituciones.
Por eso y como patadas de ahogado que nuestra imaginación pudiera asociar con el intento de ocultar la verdad sobre la droga encontrada en la Casa Blanca, desde el Congreso norteamericano anunciaron la existencia de tecnología y cuerpos de extraterrestres. Nada es casualidad. Lo que no están considerando los promotores de las verdades dosificadas es que la existencia de extraterrestres pondría en duda toda la historia en general de la humanidad.
Las religiones, la filosofía, la historia contada de todas las civilizaciones antiguas quedaría ante los ojos del mundo como la gran mentira.
Todo nuestro aprendizaje, nuestros gustos y temores quedarían en evidencia de que fueron inoculados en la mente colectiva.
Lástima que mucha gente no tendrá el privilegio de vivir la era de la singularidad y renacimiento.
Edwin Martínez Espinoza es columnista de Aporrea. @edwinviene
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