Mary Alvarado, directora de la Pastoral Educativa de la Arquidiócesis de Barquisimeto, instó a las personas a no limitar su hogar a cuatro paredes, ya que aquellos que están a su alrededor también pueden ser parte de su familia.
“Todos somos una familia y no por consanguinidad, sino por afinidad podemos lograr que haya respeto, colaboración y detalles que por insignificantes que sean nos lleven a ser solidarios y a tener un trato agradable. Es abrir un momento la puerta de tu casa para que los demás entren”, expresó Alvarado en entrevista con el programa Háblame Bajito de Radio Fe y Alegría Noticias.
De esta manera, según ella, se deja de lado el individualismo y la indiferencia, en un contexto donde hace mucha falta porque hay quienes se sienten tristes o deprimidos producto de la migración y los problemas económicos.
Familia, la base de una sociedad sana
Al mismo tiempo, Alvarado enfatizó que la familia es la base de una sociedad sana, por lo que consideró que se requiere urgentemente que los padres retomen el papel que les corresponde dentro del hogar, porque la paz, la convivencia, el respeto y el apoyo mutuo en el seno familiar son ejemplos que los hijos imitan.
“Cuando logremos identificar el hecho de que cada uno, aunque somos diferentes dentro de la diversidad, somos hijos de Dios y tenemos la misma dignidad, vamos a lograr la transformación que necesitamos en nuestra sociedad”, aseveró.
Sanar heridas
No obstante, la directora de la Pastoral Educativa de la Arquidiócesis de Barquisimeto subrayó la importancia de sanar heridas, a fin de evitar acumular sentimientos negativos como el odio y el rencor.
Finalmente, exhortó a que el abrazo en familia no se quede en noviembre, mes en el que se celebra la festividad, sino que los cinco temas de reflexión que promueve la iglesia sean tocados a lo largo del año, de modo tal que las familias puedan renovar su misión.
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