Libaneses temen lo peor ante un posible colapso económico

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Los habitantes de El Líbano viven a diario el temor de un posible colapso económico ante el rápido agotamiento de las reservas y los rumores de un posible fin de los subsidios.

La poderosa explosión que sacudió a Beirut en agosto, matando a cerca de 200 personas y destruyendo por completo su puerto de importaciones, causó millones de dólares en pérdidas materiales y de suministros.

Al principio, el gobierno libanés aseguró que estaba preparado para afrontar la tragedia, pero los meses han pasado y las autoridades no han logrado trazar un plan de rescate financiero y, además, sus intentos de encontrar ayuda internacional fallaron.

Por una parte, Francia, que al principio ofreció ayuda, retiró la oferta luego de que las diferencias entre los bandos políticos libaneses impidieran el nombramiento de un nuevo gabinete político, una de las condiciones del gobierno francés.

Por la otra, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional se enfriaron al haber un acuerdo entre funcionarios de gobierno, banqueros y partidos políticos sobre quiénes deberían cargar con las responsabilidades de las pérdidas.

Mientras tanto, quienes tienen la posibilidad intentan apertrecharse de bienes básicos y combustible, por temor a que los rumores sobre el fin de los subsidios se hagan realidad. Los menos afortunados, en su mayoría niños, salen a hurgar en la basura por algún alimento o bien con algo de valor.

La crisis despierta también el miedo al crimen, que se desató en los últimos meses producto de la escasez. Una farmaceuta relató a la agencia Reuters que fue encañonada por un sujeto que sólo le pidió comida para bebés.

Al gobierno al parecer también se le acabó el optimismo, con el mismo presidente Michel Aoun haciendo una preocupante afirmación: «El dinero se va a acabar, ¿qué podemos decir?», dijo en uno de sus mensajes a la nación.

Su partido ha sido acusado en los últimos años de corrupción y, el año pasado, centenares de manifestantes ocuparon las calles de distintas ciudades del país exigiendo mejores condiciones sociales y económicas.