La incertidumbre y la ansiedad se apoderan de miles de migrantes que buscan llegar a la frontera entre México y Estados Unidos antes de la toma de posesión del republicano Donald Trump el próximo 20 de enero.

Iveth Marín, responsable del Equipo Móvil Especializado del Servicio Jesuita a Refugiados en Ciudad Juárez, explicó este miércoles en el programa De Primera Mano de Radio Fe y Alegría Noticias que el posible endurecimiento de las políticas migratorias ha generado desesperación entre quienes emprenden esta peligrosa travesía.

Marín destacó que Trump ha anunciado su intención de declarar emergencia nacional para facilitar deportaciones masivas, restablecer el programa “Quédate en México” y eliminar el parole humanitario que beneficiaba a ciudadanos de Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua. 

Recordó que hace aproximadamente dos años se registraron deportaciones masivas de cerca de 200 personas diarias, lo que generó una situación humanitaria crítica. 

“No había espacios en donde albergarlos y fue necesaria una coordinación de toda la sociedad civil para ofrecerles al menos un techo, alimentos y cubrir sus necesidades básicas”, declaró.

Actualmente, estima que entre 3.000 y 6.000 personas ingresan diariamente a México por el sur, especialmente por Chiapas. 

Citas en CBP One

Marín señaló que las personas continúan registrándose en la aplicación CBP One para obtener una cita que les permita entrar a EE. UU. y los tiempos de espera varían considerablemente, desde una semana hasta seis u ocho meses.

Mencionó que se implementó el programa “Corredor Seguro”, para trasladar a los migrantes que ya se les asignó una cite desde el sur de México hasta el norte, resguardados por agentes de la Guardia Nacional. 

Dicha medida responde al aumento de los riesgos en el trayecto, como el secuestro y otros tipos de violencia.

Principales desafíos

La inseguridad, la desinformación y las secuelas psicosociales son los principales retos que enfrentan quienes intentan llegar al norte, según Iveth Marín.

Advirtió que muchos migrantes son víctimas de secuestros perpetrados por grupos delictivos organizados. “Las personas, cuando logran ser liberadas, salen bastante afectadas con síntomas de estrés postraumático, depresión, lesiones físicas y enfermedades”, explicó.

A estos riesgos se suma la desinformación, que alimenta situaciones de abuso y estafa. “Muchas personas están cobrando grandes cantidades de dinero prometiendo citas inmediatas en la aplicación CBP One, algo que no depende de ellos, sino del gobierno de Estados Unidos”, señaló.

Finalmente, los efectos físicos y psicosociales de la migración completan el panorama crítico.

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