Luis Ortuño, el inventor popular de San Juan de Los Morros

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Con reciclaje de motos y algunos electrodomésticos se crean estos objetos. Foto: Xiomara López | Radio Fe y Alegría Noticias.

Luis Antonio Ortuño tiene 64 años y se dedica a múltiples oficios para llevar el sustento a su hogar; entre ellos, la herrería, albañilería y la siembra.

A raíz de la pandemia, se dedicó a construir artesanías con materiales reciclados de piezas de motos y de electrodomésticos que las personas desechan de sus casas en la comunidad Cerro de Piedra, de San Juan de los Morros, capital de Guárico.

“Estas piezas las hice cuando comenzó la pandemia, que todo se paralizó y yo como no puedo estar sin hacer nada, tengo que estar todo el tiempo en movimiento”, expresó.

A Ortuño siempre le gustó trabajar con el metal y al contar con tiempo libre en esa época, cuando el mundo se paró, empezó a crear desde su imaginación robots, helicópteros, culebras, mariposas, cangrejos y flamencos, entre otras figuras de animales, con piezas recicladas sacadas del taller de sus hijos mayores que se dedican a reparar motos para ganarse la vida.

“Eso lo traigo yo de la adolescencia, porque a mí me gusta mucho el metal: desde muchacho me gusta inventar y me fui por la herrería. Yo por ejemplo busco una pieza y con la imaginación busco otra que le llegue, y así voy. A medida que yo voy buscando las piezas va saliendo la forma”, explicó.

Relató que se emociona mucho cuando los niños y adultos pasan por su casa y se distraen viendo los objetos construidos y que los tiene en exhibición en el patio de su casa, a lo cual, hasta los momentos, no les ha sacado ninguna rentabilidad económica. “Los niños cuando pasan se distraen bastante viéndolos”.

El señor Luis Antonio Ortuño. Foto: Xiomara López /Radio Fe y Alegría Noticias.

Recordó que para aquel momento lo primero que creo fue el helicóptero y se tomó su tiempo en construirlo, hasta que logró formarlo con cada pieza que conseguía. Después empezó con la familia de robot (padre, madre e hijo), y las cuatro restantes que posee.

“La cabeza del robot es un motor de nevera, el cuerpo es un silenciador, la piernas un tubo de escape de motos y la muñeca también. Los brazos son de bajantes del tubo de escape, de amortiguadores”, detalló.

Pese a las dificultades, este padre de familia sigue apostando y creando piezas que ayudan a los niños de escasos recursos a entretenerse y comprender que con piezas recicladas, que son desechadas, se puede crear un mundo de fantasías.  

“Los hijos míos son mecánicos y lo que ellos van sacando lo van arrumbando, y yo lo busco ahí”.

En este taller construye algunas las piezas. Foto: Xiomara López | Radio Fe y Alegría Noticias.

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