Maestros de zonas rurales de Monagas son los “héroes” de la pandemia

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Educación en medio de la pandemia
Foto: Radio Fe y Alegría Noticias

La falta de salarios dignos y movilidad en medio de la pandemia golpea a educadores de zonas rurales de Monagas. En medio de numerosas necesidades no se rinden y siguen apostando por la educación.

El último año los maestros se han convertido en «héroes» con súper poderes que, en medio de la pandemia, sortean dificultades que van desde la falta de efectivo, movilidad en transporte público, conectividad y acceso a Internet, salarios que no van acorde a la realidad inflacionaria del país. 

Al menos, así han sido vistos por sus mismos alumnos y sus representantes al ver los sacrificios que hacen para seguir cumpliendo su papel de educar en medio de la crisis.

Si se trata de un docente de una escuela rural, el panorama se oscurece aún más. El testimonio del maestro Emigdio Guzmán da cuenta de lo que deben pasar para seguir la premisa de educar más allá del asfalto en caseríos del sur de Monagas como El Maitero, Aguas Negras, Los Caballitos y todas las fincas circundantes de estas comunidades rurales.

Él es profesor de geografía e historia en la escuela Félix Hidrogo, ubicada en la vía al sur del estado Monagas, comunidad rural de Aguas Negras, con matricula desde prescolar hasta bachillerato.

La escuela está a una hora de distancia de zonas urbanas y es complicado llegar por la dificultad del transporte.

Para llegar a su centro educativo debe contar con una considerable suma de efectivo difícil de gestionar dado los salarios que percibe un docente y las dificultades para poder obtenerlo en entidades bancarias. Muchas veces llega al centro pidiendo «la cola».

“Todo el día lo pasamos en carretera para poder llegar. A veces es más fácil devolverse que seguir. Es complicado, ya no se ve el transporte. Ahora uno se para en una carretera y conseguir una cola es difícil, el sueldo no da para pagar transporte, un autobús está cobrando mil bolívares por pago móvil y ochocientos si en efectivo. Cómo hace uno para pagar pasaje con el salario que se va en un kilo de pasta”, lamenta Guzmán.

En medio de la pandemia, lamenta que su centro de trabajo esté a merced del abandono. “En medio de la pandemia se ha descuido mucho la escuela. Ya no se ve limpio el frente, está enmontado y se nota el descuido” asegura.

Boca a boca es el internet de la escuela rural

Ante la falta de conectividad móvil e internet, los alumnos que pueden van una vez a la semana a la escuela. Los que no, van cada quince días.

Con el boca a boca, la información va llegando a las parcelas y comunidades para que puedan ir confiados a copiar la tarea que los maestros y profesores van preparando.

La directora del centro educativo es residente de la comunidad Aguas Negras y lleva las asignaciones de sus maestros para publicarlas en la plaza y así facilitar el acceso a quienes están en comunidades más distantes.

Emigdio Guzmán es de los muchos profesores que vive en el municipio Maturín, a una hora en autobús de la escuela, sin un salario que dé para movilizarse. Lo hace en cola con un sacrificio muy grande para cumplir con su vocación y con sus estudiantes, aunque lamenta que no se ha podido llegar a todos sus 40 alumnos pero sabe que los que sí copian y llevan sus tareas, lo agradecen.

“Unos alumnos llegan en caballo, en bicicleta, otros agarrando cola con el lechero o caminando pero también se comprometen. Se ha trabajo con la planificación publicándola en la escuela y en la plaza. Tenemos mucha dificultad porque no hay teléfonos inteligentes e internet; allá funciona el boca a boca”, cuenta.

Los mensajes de texto también son una opción pero para un grupo muy reducido de estudiantes de la escuela Félix Hidrogo. Es un mecanismo que no se descarta en el afán de llegar a la mayor cantidad de estudiantes.

Salarios dignos, una materia pendiente

Para el docente Emigdio Guzmán, un regreso a clases presenciales pasa por que se de atención a las escuelas en materia de rehabilitación y acondicionamiento de los espacios. También porque se dé al docente la reivindicación justa que merece su profesión.

“El salario que estamos cobrando los docentes está muy bajo. Nos preguntamos cómo vamos a ir a ejercer la profesión dejando a la familia y a los hijos sin nada en la casa», se cuestiona.

«El gobierno debe hacer un reconocimiento al maestro de un salario que nos alcance para los alimentos, las cosas de la casa, ropa, salud, calidad de vida. Necesitamos todas estas cosas como parte de nuestros derechos laborales y derechos humanos”, pidió el docente.

El papel que durante el último año vienen desempeñando los maestros al servicio de la educación habla del compromiso que, ante tantas adversidades, asumen para educar a los más necesitados.