Sara, una madre de familia que vive en el centro de Tucupita, admitió haber estado mezclando pequeñas raciones de carne molida con auyama “para que la presa rinda” (presa, como llaman a la proteína en un plato venezolano).
Los altos precios de los rubros proteicos obligaron a la madre de familia mezclar pequeñas raciones de carne molida con auyama, para que les rinda un almuerzo.
Un kg de carne de res tiene un costo de 3 dólares en Tucupita, mientras que la auyama un valor de 250 mil Bs. Tres dólares significan tres meses de trabajo para ella, que apenas cobra un sueldo mínimo mensual.
Sara ha mezclado la auyama con la poca carne molida que adquiere, para darle de comer a cinco miembros de su familia.
“Un kg de carne molida puede durar hasta cuatro raciones de comida si se liga (mezcla) con la auyama”, dijo Sara, una señora de 42 años de edad.