Migrar hacia lo extraordinario: un mundo donde todos seamos incluidos

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Imagen: Jesuitas.lat

Este 18 de diciembre, día mundial del Migrante, es poco lo que hay que celebrar por todo lo que hay detrás de la tragedia de la migración «pero es importante marcarlo, señalarlo, aprovechar para hablar lo que está implicando la migración en el mundo».

Así lo cree y lo postula Luis Fernando Gómez, de la Red Jesuita con Migrantes de América Latina y El Caribe, en un intercambio que sostuvo, junto a Natalia Salazar, con Radio Fe y Alegría Noticias.

En este llamado sub continente la Región de América el tema de la migración forzada se ha convertido, en los últimos 6 años, en una de las agendas centrales de discusión y análisis en el mundo.

Los flujos migratorios de venezolanos hacia otros países de América Latina y el de los centroamericanos son los más impactantes hoy en día por toda la complejidad e implicaciones que representan.

Gómez apuntó que aún en medio del contexto de la COVID-19 «aún en las últimas semanas las caravanas de personas, familias completas migrantes, que salen de Honduras y Nicaragua, pasan por Guatemala y que van rumbo hacia los Estados Unidos, son constantes».

Esto en el caso de la migración que todavía surge desde países de Centroamérica. Pero también reflejó la movilidad humana forzada de personas muy jóvenes de Haití, que buscan caminos diversos hacia Brasil, Chile, Ecuador y Centroamérica.

También existe la migración de dominicanos, cubanos «y de los que llaman de origen extra continental, extranjeros, venidos sobre todo de países africanos».

Es una realidad diversa y compleja que ha cobrado más signos de vulnerabilidad por la aparición y desarrollo de la COVID-19. El activista señaló que de hecho las vulnerabilidades que de por sí ya tenían los migrantes se han incrementando y agrandado con todo lo que supone luchar contra la nueva enfermedad.

Y es que se les hace mucho más difícil conseguir ingresos, protección, y otros servicios como acceso a la salud en los países receptores, en los cuales presentan democracias inestables.

Migrar es un derecho y nadie es ilegal

Natalia Salazar abordó este tema en la conversa. «El migrar es un derecho y está amparado por todas las leyes, y también es un derecho el no migrar, en todo caso de lo que se trata es que estés bien en donde estés con condiciones estables para vivir».

La también integrante de la Red Jesuita con Migrantes de América Latina alertó que «por el lenguaje empiezan muchas estigmatizaciones, prejuicios, pero hay que remarcar que nadie es ilegal, ningún ser humano es ilegal».

Y porque los migrantes tienen derechos, y también quienes deciden no migrar, es vital garantizar las condiciones, estén donde estén, para establecer y desarrollar lo que Gómez y Salazar llaman «un plan de vida, un proyecto de vida, y en lo que hay que hacer énfasis e incidencia en las políticas públicas y legislaciones».

Esto implica que la persona, migrante o no, sienta que el sentido de su vida se pueda concretar y realizar «sobre todo en los más jóvenes que están rehaciendo sus planes de vida, reubicando sus posibilidades de vivir y de existir, de formular un proyecto personal y familiar en condiciones que a veces no les permite ni siquiera alzar la cabeza».

Por eso cree que el futuro de la humanidad está atado a la construcción de certidumbres que puedan diseñarse y ejecutarse en un horizonte ente 5 y 10 años «para imaginar una educación, un oficio, y pensar en el aporte que yo pueda hacer como ser humano al colectivo y a la sociedad» .

Millones de historias de hospitalidad

Natalia Salazar fue enfática al señalar que «en diferentes de países de América Latina nos hemos encontrado con comunidades que acogen, que acompañan, que miran, saludan y reciben», a quienes traen a cuestas el dolor de la partida.

Desde esta afirmación destaca que son muchas más las historias de hospitalidad que de rechazo «pero se cuentan más las otras, por eso las campañas que tenemos es contar las historias de hospitalidad porque son millones y la gente en Latinoamérica es muy de corazón abierto».

Por eso el acento también se pone en visibilizar la hospitalidad como una cultura que conecta, que hace encontrarse, que reconcilia, integra y protege.

Gómez relató que en un ejercicio de diagnóstico participativo que han hecho en varios países desde esta Red se han encontrado que el tema de la hostilidad se conversa entre la gente «porque alguien me lo ha dicho», mientras que el de la hospitalidad «se asume porque es una práctica, porque han vivido experiencias propias o de familiares, es mucho más cercana».

Una experiencia que lleva a ejercitar la integración, la interculturalidad, la ciudadanía global, la reconciliación, la acogida y el encuentro.

«Se trata de construir una cultura de reconocer a la otra persona con la misma dignidad, con los mismos derechos y la posibilidad de aportar desde lo que es, de lo que trae y de lo que puede construir».

Es una cultura que habla de la abundancia del ser humano «no tanto de lo que tenemos sino de lo que somos y de lo que podemos ser», apuntó Gómez.

La experiencia humana nace desde la cultura del encuentro y que va en contraposición a algunos patrones conductuales como la competencia, la escasez y de la intolerancia.

#Migrar hacia lo extraordinario

La Red Jesuita con Migrantes ha venido desplegando una campaña bautizada Migrar hacia lo extraordinario que culmina justo este 18 de diciembre.

Planificada para cuatro semanas desde el 18 de noviembre la campaña se dividió también cuatro pasos o etapas.

El primero se llamó Lo que tus ojos no Miran, consistente en reconocer que hay una realidad que está ahí y que tenemos que asumir y transformar. «Es no volver a esa normalidad que excluye y desconoce derechos y dignidad»

La segunda etapa se refirió a contar las historias, las cifras y estadísticas de «personas reales, familias que están viviendo ese fenómeno».

El tercer paso se denominó De la Mano Todo es Posible. Es reflejar que «por ejemplo, esos 5 millones y más de venezolanos son personas con talentos, con cosas por hacer, con otros y otras».

Finalmente se llegó a la cuarta fase, culminada esta semana, de Caminando hacia lo Extraordinario, que contempla una actividad a realizarse este sábado 19 de diciembre a las 4 pm, hora de Venezuela, el Festival Tantos Somos, Somos Um.

Será un encuentro virtual de cultura, arte, música, conversación y saludos de artistas desde distintos continentes.

Al final, también en la página web de la Red Jesuita existen dos preguntas que buscan ratificar un compromiso, «un gesto global que contenga tres palabras que reflejen ese mundo extraordinario y con el cual me comprometo y donde todos seamos incluidos».

Escuche la entrevista completa aquí