Ante los hechos acaecidos en la población de Barrancas del Orinoco, Monagas, donde grupos armados protagonizaron fuertes enfrentamientos el sábado 1 de enero por el control de la zona, el dirigente regional del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), Ángel Aristimuño, exigió a las autoridades militares y civiles garantizar la vida de los habitantes de esta localidad.
Aristimuño condenó el silencio que hasta el momento ha tenido el gobernador Ernesto Luna, el alcalde del municipio Sotillo José Maldonado y las instancias de seguridad ciudadana por la masacre que ha dejado el saldo de ocho personas muertas y más de 20 heridas.
En este sentido, y tomando los requerimientos de los afectados, denunció que «guardar silencio en una situación tan delicada, donde nuestra gente merece una respuesta sin mentiras los hace cómplices y todo se les ha salido de las manos».
El dirigente de la Mesa de la Unidad Democrática en la entidad indicó que «ha reinado una tensa calma por lo que hemos visto reflejado en los medios de comunicación, pero lo que realmente existe es un terror inmenso en los ciudadanos de Barrancas, quienes se sienten desprotegidos y no hay quién les garantice el derecho a la vida»,
Finalmente reiteró el llamado a los responsables de las políticas gubernamentales en garantizar el derecho a la vida de los pobladores del municipio Sotillo y que la zona sea liberada de las mafias que se han instalado en el lugar.
Entre tanto, el diputado del Parlamento Regional, Luis Machado manifestó que “lo que conocemos lo han dicho los pobladores de la zona, que han vivido horas de zozobra, ni el gobernador, ni menos el jefe de la ZODI o la Policía, han mencionado qué ocurre en esta localidad”.
El legislador regional lamentó que el control territorial de Monagas esté en manos de grupos armados, que no solo dominan la zona sur sino también la frontera con el estado Sucre por el municipio Bolívar, al noreste de la entidad.
En Barrancas del Orinoco los habitantes vienen denunciando desde hace bastante tiempo cómo un grupo que se hace llamar “El Sindicato” opera a sus anchas en la zona, sin que las autoridades civiles o militares les pongan coto a sus actos delictivos».
Por José Ignacio Piñango Radio Fe y Alegría Noticias
