El llamado cordonazo de San Francisco llegó un día después en los llanos apureños.
El fuerte aguacero hacía presagiar que la jornada de movilización pautada para este lunes 5 de octubre en San Fernando en apoyo a los maestros se iba a abortar.
Sin embargo, sorteando charcos y sin paraguas un grupo de unas 300 personas logró concentrarse en la casa sindical Jesús Zapata, sede de la federación de trabajadores del estado Apure, para elevar su voz de reclamo ante el gobierno y autoridades educativas.
José Martín Paredes, presidente del sindicato suma, explicaba las razones por las cuáles los maestros de Apure salían a la calle en plena pandemia.
Las demandas no solo quedaban en las necesarias reivindicaciones salariales sino también en la dotación y reparación de escuelas y el poder contar con una educación de calidad para los sectores populares.
Afirmaba el dirigentes sindical que tampoco existen las condiciones de bioseguridad en las escuelas ni para los docentes ni para los estudiantes.
Por otro lado, invitaba a reflexionar a los funcionarios de gobierno a que si no atendían estas justas demandas la educación en Venezuela iba a continuar en una profunda precariedad académica.
En sus declaraciones también denunció que desde la alcaldía de San Fernando intentaron persuadirlos para que efectuaran la protesta porque no contaban con el permiso para manifestar.
En el centro de San Fernando se observaba uno que otro contingente de la Guardia Nacional y de la policía regional.
En ningún momento se presentó alguna refriega. Por lo pronto, los docentes han dicho que volverán con otra jornada de protesta cuando sus sindicatos así se lo indiquen.
Mientras, seguirán evaluando cómo seguir con este atípico año escolar que apenas inicia lleno de incertidumbres.