«No existen incendios espontáneos en el país»

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Diseño: Julio Cortéz

La afirmación la hace tajantemente Alejandro Álvarez de la ong de ecología y derechos humanos Clima 21.

Al hablar con Radio Fe y Alegría Noticias sobre los recientes incendios forestales en gran parte del territorio nacional, acota que es una situación bastante grave en este momento. Venezuela está prácticamente está dentro de un cinturón de fuego desde los Andes hasta los Llanos.

Según Álvarez, aproximadamente un tercio del país se encuentra afectado por incendios muy fuertes que están dañando áreas protegidas como es el caso del parque Henry Pittier en el estado Aragua.

Estos incendios vienen ocurriendo desde hace tiempo. La vegetación se encuentra muy seca. Para esta época ocurre el fenómeno metereológico conocida como la calina o calima en el cual partículas quedan suspendidas en el aire por un largo período de tiempo hasta que lleguen las lluvias y las lavan.

Calima en Caracas. Foto: Alexander Medina

Explica que originalmente esa calima se producía de manera natural. Estudios anteriores registran que se originaba por cristales de sal que venían del mar traídos por el viento y quedaban suspendidos en el aire.

Pero en la actualidad, y a medida que pasa el tiempo, los incendios de vegetación contribuyen enormemente con la propagación de cenizas que también quedan pululando en el ambiente.

Los reportes que maneja su organización les indican que estos fuegos se vienen registrando en Táchira, en Mérida, en Trujillo además de Aragua y el estado Carabobo. Igualmente en los llanos de Guárico, Apure, Cojedes, y todo el área de Caracas, Miranda, y hacia el Oriente del país, sobre todo en Monagas.

¿Pero por qué arde por los cuatro costados en Venezuela?

El activista señala que Venezuela ha sufrido por varios períodos consecutivos lo que los especialistas llaman «sequía meteorológica». Esto significa que el país ha sufrido de varios meses con lluvias por debajo del promedio medido a lo largo de una larga línea de tiempo.

En marzo de este año, los meteorólogos de la UCV presentaron un informe donde reflejaban que justamente en ese mes se había presentado uno de los períodos más secos que ellos habían medido jamás.

¿Son provocados, son intencionados, son parte de un saboteo?

Para hablar de esto Álvarez dice que hay que precisar los conceptos. En Venezuela todos los casos de incendios son producto de acciones humana. No existen incendios espontáneos en el país por estar inmerso en una franja importante de la zona del trópico.

En ese sentido, asienta que por la intervención del hombre se pueden producir incendios por accidente o por mal uso, o uso ilegítimo del fuego, y por negligencia.

No toma en consideración la llamada hipótesis conspirativa. Aunque es posible que en algún lugar haya alguien que esté usando el fuego con fines políticos, afirma que no han recibido reportes o denuncias que reflejen lo que dicen algunas autoridades nacionales.

Otra de las razones verídicas pertenece al renglón de las llamadas de orden social. Y tiene que ver con que el 70 por ciento de la población venezolana no tiene acceso a gas doméstico para cocinar.

En ciudades que se consideran que son menos desarrolladas y en las periferias de otros poblados, las personas están recurriendo a la leña para preparar los alimentos.

De este problema se desencadenan otros dos inconvenientes. Una de las consecuencias es que se deforestan las zonas de árboles que luego son sustituidas por una vegetación de gramíneas. Esto permite que esas franjas o parcelas sean más susceptibles para que agarren brasas por los pajales existentes.

La tala y quema de terrenos para conucos o construir casas también puede originar incendios forestales

El segundo efecto perjudicial que se viene originando es que se van dando invasiones con fines de ocupación para construir viviendas o para hacer conucos.

Incluso, esto se viene presentando en el área metropolitana de Caracas como el parque Leonardo Ruíz Pineda, en la zona entre Caricuao y Montalbán, en la cual se ha visto a invasores que inician fuego con el objeto de limpiar para preparar la tierra para sembradíos o para levantar ranchos.

Advierte que éste es un daño tremendamente perjudicial para la capital porque es un área de vital importancia para el mantenimiento de la calidad ambiental de la ciudad y zonas aledañas del estado Miranda y Aragua.

Otro factor que también influye en la propagación de estos incendios es el mal uso del fuego en labores de agricultura. En este apartado rememora la tragedia del año pasado en unos cañaverales de Cagua, en el estado Aragua, cuando unos niños que andaban buscando animales silvestres para comer, fueron arrasados por las llamas en momentos en que unos trabajadores ejecutaban labores de «limpieza».

Se suma a este problema, la poca capacidad que tienen los distintos niveles de gobierno para atender toda la cantidad de fuegos que están ocurriendo a la vez.

Algunos equipos están intentando mitigar los de mayor magnitud que se han presentado en los Anddes, Aragua y Caracas pero no cuentan con los recursos ni herramientas suficientes para sofocarlos.

Sin embargo, le hace un reconocimiento a los bomberos forestales. Los llama héroes ambientales nacionales ya que arriesgan sus vidas para combatir estos incendios. Alerta que muchos de ellos no cuentan con equipos adecuados, uniformes, botas, ni agua y alimentos.

Los Incendios y el Coronavirus

Este tema no se podía soslayar en la conversación. Apunta que los estudios científicos indican que todas las epidemias que han ocurrido a lo largo del siglo 20 y de lo que va del 21, tienen origen por un desequilibrio ecológico y por un daño que se le está infringiendo a la naturaleza.

En el caso particular del COVID-19 pareciera que en la ciudad de Wuhan, en China, hay una alta cantidad de animales silvestres y de cría, como cochinos y vacas, en venta que están acumulados en sitios muy cerrados. Por tanto, es muy factible que ocurran esos saltos de virus que portan esos animales a las personas.

Ese pudiera ser el caso de los Coronavirus que tienen una gran capacidad de transformarse, de mutar, de manera muy rápida y generar enfermedades nuevas.

Desde esta perspectiva sugiere que el primer elemento que se debería tomar en cuenta para el control de esta pandemia es hacer una gestión ambiental de respeto de la naturaleza.

Asegura que enfermedades como el Sida, el Ébola y este COVID-19 se han originado por el manejo de la gestión ambiental en los países de origen.