Nueva constitución chilena, prueba del camino de su democracia

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Los 155 convencionales que redactarán la nueva Constitución de Chile comenzarán a sesionar el próximo domingo 4 de julio en medio de una fuerte expectativa.

Las sesiones harán parte de la historia chilena al redefinir por completo, el funcionamiento institucional del país como resultado de la grave crisis política y social que estalló en 2019.

Esta Constitución, sustituirá a la que rige actualmente y que fue proclamada en 1980, bajo la dictadura de Augusto Pinochet.

El proceso cuenta con múltiples condimentos inéditos, ya que será la primera Carta Magna del mundo escrita por una Convención que tendrá una integración paritaria de varones y de mujeres.

La diversidad también está presente con ocho representantes de la comunidad LGTBIQ y también los pueblos originarios serán reconocidos; cuentan con 17 escaños.

Próxima agenda

Los 155 convencionales asumirán sus cargos en una ceremonia el domingo por la mañana en la sede del Congreso, y tienen previsto que sus trabajos los realicen en el Palacio Pereira, en Santiago.

La primera decisión que deben tomar es la elección de la presidencia y vicepresidencia del órgano, así como las dos personas que integrarán la Secretaría Técnica.

Hasta ahora, desde los sectores de la izquierda, la candidata más firme a presidir la Convención Constituyente es Elisa Loncon, una reconocida mapuche, académica, lingüista y defensora de los pueblos indígenas.

La derecha todavía no ha propuesto a nadie públicamente, aunque carece de los votos para imponer a cualquiera de sus candidatos.

Junto con estas designaciones, también tendrán que diseñar el reglamento para su funcionamiento, lo que incluye la división de comisiones y quiénes las encabezarán.

Plazos de los convencionales

Los convencionales, que recibirán un salario mensual de 3.500 dólares, tienen un plazo de nueve meses para terminar la nueva Constitución, que solo podrá prorrogarse por otros tres.

Es decir que la Carta Magna tendrá que estar redactada a más tardar a principios de julio de 2022. Después, entregada al presidente, quien ya no será Piñera, sino su sucesor.

Con la propuesta constitucional en mano, el presidente llamará a plebiscito que se realizará al plazo de 60 días y en el que el voto será obligatorio.

De ser avalada la iniciativa por la ciudadanía, el presidente convocará al Congreso para que promulgue y jure la nueva Constitución, y entrará en vigencia 10 días después de ser publicada en el Diario Oficial.

De acuerdo con estas previsiones, Chile podría tener una nueva Carta Magna en el último trimestre de 2022.

Temas pendientes

Los nuevos artículos de la Constitución deben ser aprobados por dos tercios de los votos, es decir, por 102 convencionales.

Varios de los convencionales advirtieron que su objetivo es que la Constitución tenga una marcada impronta de derechos sociales que apuesten a la igualdad.

Por eso habrá discusiones para garantizar la gratuidad de la salud y la educación, derechos en los que las políticas neoliberales favorecieron la privatización.

También se discutirá la redefinición de Chile como estado plurinacional, pues el 13 % de su población pertenece a pueblos indígenas y no son reconocidos.

Por otra parte, hay cuestionamientos sobre el poder centralizado que tiene el jefe de Estado, planteándose la posibilidad de crear la figura de primer ministro.

Sobre el Poder Legislativo, una de las posibilidades es que el Congreso, que consta de diputados y senadores, se convierta en un parlamento unicameral.

Pero las posturas, las propuestas y las definiciones concretas que cambiarán por completo la vida de la sociedad chilena recién se conocerán en cuanto los convencionales asuman sus puestos y comiencen a deliberar como parte de un proceso que América Latina seguirá con atención.

Fuente: Rt, Medios locales