Más de 200 personas se congregaron la tarde del viernes 28 de agosto en la Plaza Italia de Santiago de Chile, en la mayor jornada de protestas desde la llegada del Coronavirus al país, la cual dejó como saldo 21 personas detenidas por las autoridades policiales.
Los manifestantes lanzaron consignas contra el gobierno de Sebastián Piñera y se mostraron a favor de la aprobación de una nueva Constitución en el histórico plebiscito que tendrá lugar el próximo 25 de octubre.
Los efectivos de seguridad recurrieron a los habituales carros lanza-aguas para dispersar a los manifestantes y detuvo a 21 participantes por desórdenes públicos y por el no cumplimiento de las medidas sanitarias dispuestas por la autoridad para enfrentar la crisis del coronavirus, las cuales no permiten reuniones de más de diez personas.
Desafiando las restricciones
Los enfrentamientos más graves entre los protestantes y el cuerpo policial de Carabineros se concentraron en un parque cercano, donde se lanzaron objetos contundentes. De forma preventiva, las autoridades anunciaron desvíos en el transporte público de metro y bus, aunque no hubo ninguna interrupción del tránsito.
La llegada del coronavirus a Chile el pasado mes de marzo silenció las masivas manifestaciones que comenzaron el pasado octubre como respuesta al alza en el precio del pasaje del metro y que se convirtieron en un clamor popular contra el gobierno y el desigual modelo económico del país.
La crisis social de este año, la más grave desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), se saldó con una treintena de muertos y miles de heridos, además de episodios de violencia extrema con saqueos, incendios y destrucción de mobiliario público.
Con información de Deutsche Welle.