Operación alacrán y el despertar de la pesadilla

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Oscar Arnal

Lo vivido en la sesión de instalación del parlamento constituyó un acto bárbaro que se repitió en parte el martes 7 de enero. Es lamentable el espectáculo que han dado unos diputados que salieron en listas opositoras y que ahora se han prestado para hacer de títeres.

El oficialismo compró una junta directiva que se eligió además sin el quórum, ni los votos necesarios, violando el reglamento de la propia cámara.

Las imágenes que le han dado la vuelta al mundo prueban que al presidente Guaidó además, de negarle la entrada junto a decenas de otros diputados, de antemano le impidieron la ejecución del voto telemático, al bloquearse dentro del parlamento y en las adyacencias toda señal de Internet. Ese mismo día 5 de enero en la sesión de investidura del presidente español Pedro Sánchez, se produjeron sendos votos por Internet.

En las últimas semanas, el régimen ha buscado por todos los medios, a través de la llamada “operación alacrán”, impedir la reelección de Guaidó. Para desmontar la tramoya, los representantes de la alternativa democrática tuvieron que reconstruir el cuerpo fuera de la sede física y con cien votos reelegir a Guaidó. Los pronunciamientos de distintas instancias internacionales y países no se hicieron esperar en la ratificación.

A su lado como vicepresidente se eligió a Juan Pablo Guanipa, quién sacrificó su cargo de gobernador al no juramentarse ante la Constituyente. Ahora tenemos: tres parlamentos; dos jefes de estado y de gobierno; dos fiscales y tribunales supremos. Unos de derecho o iure y los otros de facto.

Hay que reconocer el daño que le ha infringido el parlamento electo el 2015 al Madurismo, a quién ha puesto contra la pared, desnudandolo ante el mundo. En los anales históricos ya no solo se hablará de cómo Monagas dio un mes de enero un golpe artero al Congreso. Ahora entrará este episodio con sus peculiaridades, a señalar a un régimen que golpeó la independencia, la autonomía y la separación de poderes y a un parlamento tal y como se hizo en el llamado “fusilamiento del Congreso”.

Días oscuras para el desgobierno de Maduro.

Este 2020 la Constitución establece que hay que elegir un nuevo poder legislativo. Sirva todo lo que ha sucedido para volcarse unidos a darle la estocada final al régimen. La inmensa mayoría silenciosa está esperando sólo una oportunidad para demostrar su fuerza. El pueblo tiene hambre y esa energía telúrica se va a manifestar. Este debería ser el año final, después de 20 años de amarga pesadilla.

@OscarArnal