Este tigrense, hijo de madre margariteña y padre larense, desde muy niño aprendió amar a la Virgen del Valle. Pablo Crespo, resumió en dos palabras: “mi vida”, su gran devoción por la Virgen María.
“Son muchos los milagros que he obtenido con su intercesión”, asegura Pablo Crespo cuando le consultamos por su devoción a la Virgen del Valle.
Su devoción y su fe crecieron mucho más cuando a sus 17 años sufrió de una peritonitis (la peritonitis se produce cuando se inflama la capa delgada de tejido que recubre el interior del abdomen), lo que ameritó una intervención quirúrgica. Es allí cuando decide desde la cama de la clínica donde estaba hospitalizado, pedir a la madre de Dios le sane y le permita servirle para siempre.
De ese momento hasta ahora han transcurrido 40 años y desde entonces se ha consagrado en servirle a María Santísima en cuerpo y alma, realizando actividades en su parroquia y sirviendo a la comunidad que lo rodea.
“La Virgen del Valle ante todo es la madre de Jesucristo y mi fervor viene heredado por mis padres (…) papá nos llevaba cada a año a Margarita para enamorarnos aun más de la Virgen”, señala el devoto de la Virgen.
Desde hace 43 años es miembro de la Legión de María en la iglesia San Antonio de El Tigre. Él asegura que “quien hace los milagros es Cristo Jesús, la Virgen es intercesora, es la fe que uno pone, lo que hace el milagro”.
También dio testimonio de otros milagros de la Virgen, algunos familiares y amigos muy cercanos han sido bendecidos por la mano de Dios a través de la Virgen del Valle.
El amor de los jóvenes por la Virgen
Pablo Crespo asegura que María es un modelo a seguir en la fe, para muchos es un refugio, “es quien nunca te abandona, ni te deja solo”.
El fiat de María: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí, según tu palabra”. (Lucas 126-38). De esta manera, María fue la Madre que nos dio un verdadero ejemplo de paciencia y serenidad en el cumplimiento del plan divino.
“Algo que nos impresiona mucho es el fervor de los jóvenes hacia la Virgen, ya no solo son los adultos, sino también los muchachos los que acompañan y participan activamente”, expresó Crespo.
Padre de tres hijos
“La fe no se inculca, la fe se demuestra para que ellos la vivan”, fue la expresión que usó Pablo Crespo cuando le preguntamos sobre la fe, el legado y la familia.
“Que mis hijos vean mi amor y mi devoción por la Virgen, hace que ellos también crean, así como me enseñó mi mamá a amar a la Virgen, así lo hago yo con ellos todos los días.
A la Virgen del Valle, le pido para mi país estabilidad y reconciliación, “que tengamos estabilidad y que regresen nuestros hijos que se han ido”.
Esta es otra historia más de amor y fe hacia la Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora del Valle.
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