Entrandito al callejón Los Rosales del sector Casco Viejo reside uno de los personajes más populares de El Tigre en el sur de Anzoátegui. Se trata de Luis Rafael Quijada, a quien cariñosamente el pueblo bautizó con el remoquete de ‘Wicho er´ de Toña‘.
Al llegar a su casa, lo encontramos sentado en una silla, de piernas cruzadas y con la mirada al frente y sin bajar ni subir la cabeza respondió con picardía cada pregunta y hasta cantó un par de galerones.
El margariteño de nacimiento, pero tigrense de corazón, Wicho er´ de Toña, lleva más de 40 años bailando la burra. Se trata de una manifestación popular que involucra el baile y el canto y que desde el año 2016 es considerada patrimonio nacional de Venezuela.
Se dice que esta danza no tiene fecha definida en nuestra historia, pero lo que sí es cierto es que esta manifestación popular se ha vuelto tradición en El Tigre cada 8 de septiembre, día de Nuestra Señora del Valle.
Y es precisamente en el marco de las fiestas en honor a Del Valle que Wicho toma la burra y recorre las calles de El Tigre acompañando las fiestas en cada rincón de la ciudad.
Wicho, quien ya pasa los 80 años, mantiene viva la tradición porque asegura que para la “Virgencita” todo. “Para mí, después de mi vieja Toña, nuestra Virgen del Valle”, expresó emocionado el folclorista margariteño.
“Te tumbó la burra vuélvete a parar”, grita la gente mientras realiza el baile. Wicho dice que se enamoró de este baile después de ver una presentación de una agrupación folclórica nacional.
“…Dale un latigazo y hazla corcovear, burra y hazla corcovear, te tumbó la burra vuélvete a parar, dale un latigazo Wicho y hazla corcovear…”, dice uno de los versos y con visible emoción, el hombre se llevó las manos al pecho y dijo: “todavía tengo muchas ansias de seguir con mi folclor. Está impregnado en el alma de este ser margariteño”.
Una nueva generación baila la burra
Salimos de la casa de Wicho y nos fuimos hasta la calle Aragua, ahí mismo en el sector Casco Viejo. Llegamos a la vivienda de Liseth Rivera, una casa con características muy particulares, de ventanas y techos altos, un zaguán y al final, un corredor con muchas plantas colgantes. Justo allí estaba la burra reposando como si se tratara de un verdadero animal.
Liseth Rivera también es residente de El Tigre y aunque lleva menos tiempo bailando la burra que Wicho er´ de Toña, contó cómo fue que luego de participar en un encuentro de burras en el estado Aragua, se enamoró de la manifestación popular hasta el punto de bailarla cada 8 de septiembre en su Tigre natal desde hace más de 10 años.
Lili, como también la conocen en la zona, adaptó el traje que luce la burra para rendir homenaje a la etnia Kariña, población indígena que se ubica en la zona centro del estado Anzoátegui.
“Mi burra es kariña y eso me hace sentir muy orgullosa”, agregando que cada año se monta sobre la burra y al igual que Wicho, recorre la procesión de la Virgen y va a cada sector que la llama.
Sin lugar a dudas, esta manifestación popular nacional llegó a El Tigre de la mano de estos dos personajes, quienes, a lo largo de los años, han hecho reír, bailar y cantar a miles de personas que esperan con ansias cada 8 de septiembre para bailar la burra.
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