El economista y profesor de la Universidad Metropolitana, Hermes Pérez, analizó a través de Radio Fe y Alegría Noticias el escenario actual en torno a la escasez de gasolina y su impacto no solo en la economía nacional sino en la vida misma de los ciudadanos.
Este fin de semana el gobierno nacional emitió un comunicado en el cual anunciaba un plan especial para la distribución de combustible en virtud de las dificultades acentuadas en todas las estaciones de servicio a nivel general, incluyendo Caracas.
Para Pérez ese anuncio gubernamental fue una especie de admisión de esta grave crisis energética en el país y de su incapacidad para resolverla.
«Es una situación bastante complicada y lamentable que estamos viviendo. El anuncio oficial que emitió el gobierno de alguna forma lo que hace es reconocer que ya se viene padeciendo desde algunos meses en cuanto a la incapacidad para refinar combustible en territorio venezolano», señala.
En sus remembranzas Pérez apunta que Venezuela tiene una capacidad para refinar combustible que está por el orden de los 2 millones 400 mil barriles diarios.
En términos de refinación el país posee una capacidad interna de 1 millón 300 mil barriles diarios y más de 1 millón 100 mil en las instalaciones que están fuera del territorio nacional.
Refiere que «en sus momentos brillantes el país consumía entre 200 mil y 250 mil barriles diarios y con una capacidad de 2 millones 400 mil para refinar… es decir, podíamos refinar y vender al resto del mundo».
Hace recordar que cuando se inauguró el Centro Refinador de Paraguaná éste era el más grande del mundo. Incluso, agrega, que pese a los actuales problemas este complejo es el segundo más grande en el planeta.
Sin embargo, en la actualidad se encuentra paralizado «y no tiene capacidad para producir una molécula de gasolina».
El economista no solo describe el lento y progresivo deterioro de las otras refinerías venezolanas en la actualidad sino también se refiere el caso de la refinería de Cienfuegos, en Cuba, que «también se perdió».
Los accidentes que han ocurrido en el complejo de Paraguaná, hace 10 años, de El Palito, Carabobo, y de Puerto La Cruz, en Anzoátegui, produce prácticamente la paralización de todas ellas.
Entre las causas que señala para explicar este deterioro menciona la falta de mantenimiento y el mal manejo operativo de todos los complejos petroleros nacionales.
A este panorama se une el hecho, dice Pérez, de la merma en la producción de petróleo. Apunta que de 3 millones 200 mil barriles diarios que antes se producían se pasó a solo 400 mil barriles por día.
Plantea que el problema de fondo a resolver es «volver a poner operativo todo el parque refinador del país».
Al vincular los efectos de la pandemia en la economía mundial, y por ende en la ya deficiente economía venezolana, con este actual escenario en la industria petrolera, sobre con la escasez de combustible, vaticina un agravamiento de todos los indicadores económicos en el país.
En concreto, habla, al sumar el 70 por ciento de declive de la economía venezolana con la crisis de combustible, de una contracción en la actividad económica entre un 80 y 85 por ciento.
«Hay que recordar que con la pandemia en el mundo la gasolina está sobrando…y nosotros aquí estamos al revés», acota el economista.
¿Qué viene para los próximos meses en Venezuela?
Arranca indicando que Venezuela, lamentablemente, tiene juntos los tres problemas más graves de toda economía decadente.
El primero es el referido a la inflación, que en este caso es hiperinflación. Le sigue el de la contracción económica acumulada que en el caso venezolano es de un 64 por ciento acumulado en el período 2013-2019 y la desaparición de un 72 por ciento de la actividad privada, también en el mismo lapso.
Y para rematar, Venezuela posee el desempleo más elevado del continente. Y según análisis compartido del Fondo Monetario Internacional, la nación es la que peor contracción económica de los países en «paz» refleja en todo el mundo.
El tema de la crisis humanitaria compleja preve que también se va agudizar para los millones de venezolanos que se encuentran en esta situación de pobreza extrema, desnutrición y miseria.
En ese sentido, proyecta que Venezuela será una de las 4 naciones en el mundo con severa crisis alimentaria generalizada.
También es escéptico desde el ámbito de la dirigencia política para resolver esta situación. «Existe una parálisis total de la política ya que las pugnas son más abiertas y eso hace que la posibilidad de las soluciones se dificultan».