Más que un lema para la Conferencia Episcopal Venezuela esta frase encierra un gran significado para reconocer la labor de los periodistas venezolanos este 27 de junio.
Para los arzobispos y obispos venezolanos los comunicadores sociales en el actual contexto, y desde hace ya varios años, son destacados profesionales «por la misión que ejercen con entrega, compromiso y pasión. Celebrar el día del periodista en la actual situación que vive nuestro país, más que un festejo es un homenaje a quienes, con trabajo y dedicación, llevan a cabo lo que esta loable profesión procura en medio de tantas dificultades: Difundir la Verdad».
En un comunicado difundido a la opinión público la CEV admite que en las actuales circunstancias de la pademia ha sido útil una comunicación efectiva y eficaz que los periodistas intentan llevar cada día.
Es por ello que privilegian el intercambio de información y opiniones como forma de mantenernos unidos los unos a los otros, aún en tiempos de distanciamiento físico.
«Pero el ser humano es intrínsecamente un ser social; su espíritu necesita ser libre. Un espíritu que se manifiesta en libertad de expresión y pensamiento, que es capaz de ser crítico y diferir entre lo que es correcto y lo incorrecto, lo que es falacia y lo que es verdad. Es por eso que el periodista, cuando ejerce su función, es esencialmente libre, aun cuando todo pretende ir en contra de esa libertad», agregan.
En esta misma línea de animación los jerarcas de la iglesia católica precisan que «la libertad de información, es la respuesta al deseo y al derecho de estar informado; por eso, el periodista venezolano, es un valiente que, movido por ese deseo, ese conocer sus derechos, e impulsado por el Espíritu que le anima a ir en búsqueda de la Verdad, se convierte en un profeta del hoy».
Prosiguen señalando en el documento que hoy por hoy, uniendo esfuerzos para dar fortaleza a los venezolanos, ante una difícil situación como lo es la pandemia por COVID-19, que intensifica la crisis social, política y económica que vive el país, los profesionales de la comunicación son los primeros narradores, los primeros portavoces de la esperanza, porque los comunicadores no solo son corresponsales sino también corresponsables de ese arte de «ayudar a mirar», para permitirnos percibir, sentir y presentir los signos y señales de un mundo mejor que ya está conectado y que halla en los medios la herramienta más adecuada para darse a conocer.
Ejercen un periodismo capaz de narrar historias con una pluma que denuncia la injusticia, y anuncia la verdad, comunicando esperanza en nuestros tiempos; un periodismo al servicio del bien común, de profesionales que asumen su rol profético en medio de toda circunstancia.
Un periodismo que escribe el primer borrador de la historia, que se comprende al mirar atrás y revisar los pasos que nos llevan al ahora. Un periodismo que nota a nota, da vistazos a la Verdad, a la Buena Noticia que nos ha sido revelada.
Finalmente, invitan a todos los periodistas del país a mantener la constancia para que ninguno «deje de narrar el fuerte anhelo de una Venezuela que trabaja por una sociedad más justa, más solidaria y más fraterna, y continúe escribiendo la historia de un país que no pierde la esperanza».
El mensaje episcopal está firmado por Mons. Tulio Ramírez, Obispo Auxiliar de Caracas y Presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación de la CEV.
Mons. Luis Enrique Rojas, Obispo Auxiliar de Mérida y Miembro de la Comisión Episcopal de Comunicación de la CEV.
Y el padre Pedro Pablo Aguilar, Director del Departamento de Comunicación.