Desde hace ya mucho tiempo los trabajadores públicos venezolanos no ven sus esfuerzos laborales recompensados económicamente.
En todas las regiones del país, constantemente se realizan protestas por el restablecimiento de condiciones laborales dignas y ajustes salariales que sean realistas con las necesidades de los venezolanos.
Desde enfermeras, doctores, educadores hasta jubilados son solo ejemplos de los sectores que se han movilizado para dar a conocer su disconformidad con respecto al estado de sus salarios y los casi inexistentes beneficios que tienen hoy en día.
Centrándonos en el sector educativo, aunque es cada vez mayor la deserción laboral en esta área tan importante, el amor y la vocación por esta carrera es lo que inspira a muchos maestros a no rendirse y seguir apostando para formar a aquellos que en un futuro serán quienes estén al frente del país.
Todo por los niños
“En esta vida todo lo que hacemos deja marcas, deja huellas. A ellos (los niños) les debemos ser docentes y padres de calidad”.
Dulmarys Hernández tiene casi dos años de haber culminado sus estudios en la Universidad Experimental Simón Rodríguez como licenciada en educación integral. Hace apenas unos meses que logró ingresar en la nómina de un plantel educativo en la ciudad de Maturín.
Con esa chispa que caracteriza a aquellos que aún están en pleno auge del primer amor (en este caso por su carrera), cuenta cómo ha sido para ella el proceso de estudiar y ejercer una profesión tan bonita en medio de tanta decadencia.
Afirma que desde muy joven le ha gustado trabajar con niños y si está ahora donde está, es por vocación, pues siempre se ha identificado con esas ganas de adquirir conocimiento para luego impartirlo a otros.
Vale la pena, porque detrás de cada niño hay una historia. Dentro de cada uno hay un doctor, un médico, alguien que puede sacar nuestro país adelante, que puede sacar una familia adelante.
Cuando las cosas empezaron a ir mal, ella aún estaba a mitad de la carrera y no faltó entre amigos y familiares quien le preguntara: «¿por qué seguir si eso no te va a servir para nada?«.
“Soy partidaria de que lo que necesitamos aquí es aportar soluciones y no solamente críticas”.
Hernández reitera que con esfuerzo y sobre todo, sin perder de vista su vocación, logró obtener su título pese a los obstáculos. Casi dos años después tuvo la oportunidad de ejercer.
Asume el compromiso
Con respecto a las condiciones salariales que tiene el sector educativo, señaló “hay que ser realistas. Con ese millón 200 mil bolívares solo te compras una harina y eso es lo que desmotiva a muchos docentes”, motivo por el cual en el tiempo que tiene libre opta por “otras opciones”.
En su opinión, “todos somos conscientes de las fallas con respecto al salario de un docente”. Pero cada quien es libre de decidir si quedarse o buscar mejores alternativas económicas.
Lamentó que, aunque lo ideal sería que el Ejecutivo nacional pusiera en marcha un plan que promueva la calidad de vida económica de los educadores y demás trabajadores, al decidir tomar este compromiso cada persona debe asumir la responsabilidad de hacerlo con ética.
Esto lo menciona aquellos maestros que dejan de cumplir sus actividades y en ocasiones tienen actitudes cuestionables con estudiantes y representantes por situaciones ajenas a éstos.
«A esas personitas inocentes que estamos formando, somos nosotros quienes los llevamos junto con sus padres y representantes a ser el doctor, el abogado, esa persona humanista que va a estar al frente. A ellos les debemos hacer este trabajo con amor y hacerlo bien».
Por Dubraska Hernández | Radio Fe y Alegría Noticias