El economista Luis Alberto Crespo expresó que una nueva reconversión monetaria no resolverá los graves problemas económicos existentes en el país, indicado a su vez que “la pulverización del bolívar soberano es ejemplo de ello”.
El Magister en Moneda e Instituciones Financieras explicó a través de un articulo publicado en el portal web de la ONG Programa de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea), que Venezuela ha tenido “un largo periodo de tres años y medio inmersa en el agresivo fenómeno de la hiperinflación”, confirmado por el Observatorio de Finanzas el cual indicó que las cifras de inflación anualizadas al mes de junio 2020-2021, cerraron en 2.616%.
Asimismo, señaló que según cifras de Ecoanalítica, el 67% de las transacciones del país se realizan con el dólar norteamericano, por lo que a su juicio, el interés del Estado venezolano de mantener la moneda nacional es poder continuar “manipulando y maniobrando con ésta”, utilizándola “como un instrumento para seguir ejerciendo control político y social.”
El también profesor de Economía de la Universidad Central de Venezuela expresó que esta posible tercera reconversión monetaria “será una medida que no atacará las dificultades de fondo y mucho menos el alza constante de los precios. Es una operación cosmética que eliminaría unos ceros al malogrado cono monetario y reexpresar sus denominaciones”.
Por otro lado, reveló que el gobierno nacional ha estado implementando “un conjunto de reformas en materia económica que se basan en la entrega de áreas estratégicas del país a capitales transnacionales de opaco proceder ofreciéndoles condiciones especiales para se instalen en Venezuela”, ofreciendo a los venezolanos como “obra de mano barata sin contratación colectiva ni seguridad social, altos niveles de desigualdad e inequidad en medio de una alta represión y persecución política”.
Crespo subrayó en su artículo que Venezuela en vez de obtener “respuestas efectivas y contundentes en el contexto de la pandemia para enfrentar los impactos en materia de salud, económica y social”, está recibiendo “mayores niveles de represión, control social, corrupción, la opacidad en la gestión pública y desacertadas medidas económicas”.
