El presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keïta, renunció este martes después de ser detenido por un grupo de militares que se amotinaron.
«No quiero que se derrame sangre para mantenerme en el poder», dijo Keïta en un discurso televisado, a través del cuál anunció también la disolución del parlamento.
De acuerdo con medios internacionales, el coronel Malick Diaw y el general Sadio Camara, junto a otros militares, tomaron control del campamento Kati, cercano a la capital del país, Bamako.
De allí, marcharon hasta la ciudad e irrumpieron en la casa presidencial, donde le arrestaron junto a su primer ministro Boubou Cissé, el presidente de la asamblea nacional y los ministros de Relaciones Exteriores y de Finanzas.
Aunque no está claro el motivo del motín, se cree que el detonante pudo haber sido el descontento de los uniformados por los montos de los pagos recibidos por el Ejecutivo, que consideran insuficiente.
Además, habrían influido en la decisión el continuo conflicto con grupos yihadistas y el descontento «generalizado» de la población.
Tras difundirse la noticia el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, exigió el «restablecimiento inmediato del orden constitucional» y la «liberación incondicional» de los detenidos.
Mientras tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU anunció para este miércoles una reunión de emergencia, solicitada por Francia y Níger, reportó AFP.