Pueblo famélico y gobierno derrotado

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Oscar Arnal

Cuando veas las barbas de tu vecino arder pon las tuyas en remojo dice el refrán.

La alegría de tísico que ha causado al régimen, la protesta violenta en Chile, Ecuador y Haití, se va a revertir hasta la saciedad. Un gobierno quebrado y sancionado que no tiene de donde sacar recursos pronto tendrá que sincerar precios como el de la gasolina y eso será su fin.

La gente no aguanta más, y la implosión por ahora sólo la contiene la bolsa de comida CLAP que cada día llega con menos. El pueblo famélico cuida lo poco que come como única tabla de salvación y teme a la violenta represión y a las violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos de un régimen que no tiene contemplaciones.

En este sentido el puesto que consigue el desgobierno de Maduro en la ONU constituye una victoria pírrica y una profunda derrota moral. Pírrica porque se consigue con muchas bajas. Hasta hace 15 días la candidatura presentada por el régimen corrió sola, y la campaña por un mundo que mayoritariamente no conoce la realidad nacional fue de muchos meses.

Pensemos en los países distantes de África y Asia. Hace tan solo dos semanas se propuso la opción alternativa de Costa Rica, y a pesar de lo tardío, obtuvo 96 votos de países que rechazan la postulación madurista. Otro tema a considerar es que todas las democracias del mundo se alinearon contra Maduro, lo que representó una gran derrota moral. Hoy la lucha a nivel mundial es también por la democracia y el respeto por los derechos humanos. Miembros de ese Consejo de Derechos Humanos de la ONU compuesto por 47 países han sido naciones como Cuba, China, Sudán, Libia, Arabia Saudita, Afganistán y otros, donde se violan los derechos humanos y no existe ni alternancia, ni separación de poderes, por lo que el desgobierno nacional no tiene nada que celebrar.

En este sentido la crítica de la opinión pública internacional se ha centrado de nuevo en el informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, quien puso el dedo en la llaga, acusando al régimen de miles de ejecuciones extrajudiciales, de tener centenares de presos políticos, torturas y persecución sistemática contra la disidencia y la prensa libre, líderes políticos y partidos inhabilitados. Además de irrespetar los derechos económicos, sociales y culturales, con políticas salariales, alimentarias y sanitarias que dejan a la población en la más grande de las miserias.

Al escándalo se agregan las declaraciones de la embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Craft, quien calificó la elección como una «vergüenza para Naciones Unidas y una tragedia para los venezolanos». Estados Unidos, decidió retirarse del Consejo de DD.HH por la participación de países con sistemáticas violaciones. Consideró EE.UU que la entrada de Venezuela es una muestra más de que este órgano está roto: «Que a uno de los peores violadores de los derechos humanos del mundo se le dé un asiento en un órgano que se supone que defiende los derechos humanos es completamente espantoso».

@OscarArnal