¿Qué ha sucedido en Brasil tras los ataques a instituciones?

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Ataque en Brasil

Vivian Fernandes, integrante de la Asamblea Internacional de los Pueblos, habló con Radio Fe y Alegría Noticias sobre cómo está actualmente la situación política en Brasil y las implicaciones que han surgido en la nación tras los ataques violentos del domingo en Brasília.

Fernandes confirmó que más de mil personas que se encontraban en un campamento frente al cuartel general del Ejército en Brasilia desde las elecciones de octubre, han sido detenidas por las autoridades.

Las autoridades aprehendieron aproximadamente a 1.200 personas este lunes 9 de enero en el lugar, quienes fueron trasladados en decenas de autobuses a la Superintendencia de la Policía Federal (PF) en Brasilia. De acuerdo con los medios brasileños, el número de presos fue informado por el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública.

Fernandes, quien vive en São Paulo, aseguró que los hechos ocurridos el domingo están siendo calificados de “terrorista” porque las personas “de extrema derecha” venían organizándose para intervenir las plazas de los tres poderes federales: Congreso nacional, el palacio presidencial y la Corte Suprema.

“Cuando entran a Brasilia, invaden los edificios y destruyen todo. Fueron escenas muy caóticas y bizarras. Nadie había visto una escena de atentado de golpe tan fuerte como ese”, afirmó Fernandes en el programa De Primera Mano.

Los hechos del pasado domingo ocurrieron, según Fernandes, porque Jair Bolsonaro y «otras figuras de derecha» crearon una narrativa golpista tras la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva, quien justo asumió la presidencia el domingo 8 de enero de este año.

Este lunes 9 de enero empezaron los trabajos de reconstrucción física en los edificios atacados que fueron severamente dañados y desvalijados en algunos espacios.

Simpatizantes de Lula salen a las calles

Vivian Fernandes detalló que desde este lunes 9 de enero sectores populares de varias ciudades de Brasil empezaron a salir a las calles en defensa del presidente Lula.

En las manifestaciones que se están llevando a cabo, las personas están exigiendo que se lleve a juicio a los implicados en los ataques para que sean condenados. 

Al respecto, el presidente Lula aseguró el día de los disturbios que los responsables “pagarán con la fuerza de la ley” por los disturbios provocados, así como aquellos que los financiaron, haciendo referencia principalmente Bolsonaro.

De acuerdo con Fernandes, también hay ministros responsables de incentivar a estos grupos de personas a atacar en Brasilia.

Recientemente, el ministro de Justicia de Brasil, Flávio Dino, quien calificó el episodio como «el Capitolio brasileño», aseguró que el Gobierno maneja una lista con los nombres de las personas que financiaron los ataques y las contratistas de micros que fueron los que facilitaron el traslado.

«Todavía no es posible distinguir claramente las responsabilidades en cuanto a la financiación. Lo que se puede afirmar plenamente es que hubo financiación. Todas estas personas serán llamadas a declarar, porque los buses han sido contratados y no se han destinado a excursiones turísticas», declaró Dino, según publicó la Agencia Brasil.

Brasil, un país políticamente polarizado

Para Fernandes, la población de Brasil se encuentra muy dividida en opiniones y cree que la polarización política va a seguir presente durante el mandato de Lula, principalmente porque hay una parte del país que no confía en el presidente por su caso de corrupción, y la otra mitad considera que fue arrestado injustamente.

“La polarización viene de años y va a seguir en los años de gobierno de Lula, pero creo que el intento de los golpistas el último domingo fue desestabilizar la nación y buscar más apoyo en contra del gobierno, pero el tiro salió por la culata porque todas las instituciones estatales y algunos gobernadores de derecha rechazaron la acción de los vándalos”, opinó.

No obstante, mencionó que se debe esperar en los próximos meses cómo pueda seguir la situación en Brasil y cómo las fuerzas militares van a reaccionar, porque “a diferencia de otros países, las fuerzas del Ejército son de extrema derecha”.

“Si ellos (los bolsonaristas) van a seguir movilizándose con campamentos frente a los cuarteles militares, puede que haya un confronte de narrativas, no violentas, entre algunos generales del Ejército, la mayoría de los poderes estatales y la población”, indicó.

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