Hoy te lo preguntamos porque celebramos el Día Nacional de la Radio. Recordamos cuando en 1926 se hizo la primera transmisión registrada, legal, en concesión. Oficial. Fue Radio AYRE, justo ese día se prendió luz roja en un estudio caraqueño. En aquella época, los venezolanos vivían en plena dictadura, en la era de Juan Vicente Gómez, que le dio un permiso al coronel Arturo Santana para que encendiera de a ratos un transmisor y emitiera música, una que otra noticia y, sobre todo, entretenimiento.
La señal de radio era precaria y todos tenían un dispositivo para recibirla en sus hogares. Pero, lo importante fue que la radio llegó y se quedó prendida. Luego, en 1930 apareció otra emisora: la del grupo 1BC que más tarde, en 1935, se llamó Radio Caracas Radio. Lo demás ya es historia conocida.
Estar al aire
Así se fue instalando la cultura de la radio venezolana, año tras año se fueron encendiendo más y más transmisores en amplitud y frecuencia modulada. En 1975 llegó el IRFA, el Instituto Radiofónico Fe y Alegría. Y aquí estamos, aquí seguimos. Pese a los cierres, a los robos y los atropellos, Seguimos. Y, ¿por qué insistimos? Sencillo, lo hacemos porque sigue viva la llama de la ilusión, seguimos empeñados en ofrecer educación de calidad a los jóvenes y adultos que no pudieron acceder a la escuela.
También insistimos porque en Guasdualito la radio se convirtió en una especie de salvavidas que le permite a la gente sentirse conectada con el resto del mundo.
Durante décadas seguimos insistiendo en hacer radio porque para una abuela de La Vega, en Caracas, a través de su aparato enquistado en un rincón de la cocina de su casita salen verdades y porque es lo único que tiene para enterarse.
¿Y la era digital?
La radio hoy celebra su día en plena era digital, aunque en nuestro país seguimos siendo analógicos. Ya llegará el momento de avanzar. Por ahora la radio sigue dando para todo: para reír, para cantar, para bailar, para gritar, para festejar y hasta para estar solo, en silencio.
De las pocas cosas baratas
En medio de una crisis económica profunda, quizás, la peor de nuestra historia, la radio es el medio más accesible, el más barato, el que todos podríamos, o tenemos en casa. También es la alternativa que le queda a las millones de personas que sufren apagones por horas y horas. Un teléfono celular con un poco de batería prende la radio que se convierte en la única compañía y conexión con el mundo exterior.
La radio, siempre en el paredón de fusilamiento, siempre amenazada, primero por la televisión, después por el internet y ahora los multicanales a la carta, pero sigue ahí, resiste. Estoica. Aguantando robo de antenas, de cables, de cajas de sintonía. Noble, sin quejarse, sin decir nada.
La radio en pandemia
Desde que apareció la COVID-19 y se cerraron las escuelas, cuánto bien le ha hecho a los niños, niñas y adolescentes la educación radiofónica. En un país como Venezuela, donde la conectividad es casi nula en los sectores populares, en los campos y en los pueblos indígenas, otra vez, la noble radio está ahí sirviendo.
¿Qué significa la radio para ti?
Podríamos estar horas y horas, días y hasta semanas escribiendo sobre lo que significa la radio para nosotros. “Hablando más que radio prendío”, como dice el dicho. Pero es suficiente, por ahora. Solo resta lanzar un ojalá, para que podamos seguir, muchas horas más, al aire, contigo. Anunciando la buena nueva, denunciando lo que está mal. Ejerciendo juntos la libertad de expresión consagrada en las leyes y tratados internacionales. Ojalá que podamos seguir llegando más allá, a donde no llegan ni el asfalto, ni el Estado. Allá, a donde se regresa el viento, a donde están los pueblos y territorios olvidados.
Gracias por permitirnos entrar todos los días hasta su casa, a su carro, a su celular. Gracias y mil gracias por estar siempre ahí, por hacer posible la magia de la radio.
Volvemos y te preguntamos, ¿Qué significa la radio para ti?
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