La Red de la Organización de Acción Social de la Iglesia Católica (RASI) difundió un comunicado donde exige respetar la dignidad de los venezolanos en medio de la pandemia y sus consecuencias graves en una Venezuela con una crisis humanitaria profunda.
“Nos duele ver cómo nuestro pueblo sufre angustiado la carestía y aumento acelerado del costo de los insumos más básicos para alimentarse y estar sano, la falta de oportunidades de un empleo digno, la falta de gasolina y la corrupción asociada a ella”, indican.
También cuestionan el colapso de los servicios públicos a todo el país.
Salud, agua, electricidad, gas doméstico y aseo son mencionados como los servicios más deplorables en el contexto venezolano por las fallas y debilidades recurrentes que presentan.
También se refieren a la carestía de los productos, el inexistente poder adquisitivo del salario de un trabajador y el aumento constate de precios de los alimentos y servicios.
Este comunicado de la RASI fue leído este viernes 29 de mayo en el XI Encuentro de Constructores de Paz que se hizo en modalidad virtual debido a la cuarentena social en el país.
Otro elemento que ha sometido al venezolano en tiempos de crisis humanitaria y la pandemia, es la inseguridad.
“Nadie puede sentirse libre ni seguro. Creemos que una sociedad conformada por hombres y mujeres sin acceso a derechos, es una sociedad manipulable, oprimida y en la que pueden presentarse terribles situaciones de violencia”, se lee en uno de los párrafos del comunicado.
De acuerdo con el texto, todo el panorama enumerado por la Red de Acción Social de la Iglesia Católica (RASI) alejan la inversión privada, los sueños y la prosperidad, lo que obliga a los venezolanos a migrar a otros países.
La RASI asegura que en este contexto de sufrimiento en Venezuela no han dejado de ser un ente de acompañamiento, asistencia, servicio y fortalecimiento dentro de las comunidades, trabajando con niños y adolescentes y tratando por todos lo medios proveer servicios de alimentación y salud.
Sin embargo, admiten que este esfuerzo es insuficiente y amerita del apoyo de mayores actores de la sociedad civil venezolana.