Sí se dio el milagro educativo

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La directora del Programa Escuela de Fe y Alegría, Noelbis Aguilar, lo dice con orgullo: sí se dio el milagro educativo en Venezuela, aun en medio de una pandemia.

Desde el 16 de marzo, cuando el gobierno nacional decretó cuarentena social ante la llegada de los primeros casos de la COVID-19 y se suspendieron las clases presenciales en todos los niveles, Fe y Alegría activó un programa de respuesta rápida.

No se trataba de solo enviar a los niños, niñas y adolescentes a sus hogares con la misma planificación que traían en las aulas. Fe y Alegría diseñó un plan para crear las mejores condiciones para que ellos «pudieran permanecer en casa desde el apoyo psicosocial y mensajes claves».

Madres, padres y representantes tuvieron que resguardar en casa a los 106.358 estudiantes que tiene Fe y Alegría, quien respondió con el apoyo psicoemocional «con mensajes que ayudaran a los jóvenes a ser resistentes y resilientes e incidir en cambios de hábitos seguros y de protección para enfrentar esta situación».

Esos más de 106 mil estudiantes de Fe y Alegría cursan desde preescolar hasta media general y el «milagro educativo» llegó al 81% de ellos al cierre del mes de junio, cuando culminaron las clases.

«De manera sistemática, del trabajo del día a día, con el apoyo de unos docentes que, a pesar de su situación socio-económica, asumieron el compromiso», destacó Aguilar

«El 19% restante quedó porque las circunstancias no nos permitieron llegar a ellos», explicó la directora nacional del Programa Escuela.

Estas cifras fueron ofrecidas en el segundo Foro que organizó Fe y Alegría titulado ‘El Milagro Educativo en tiempos de COVID-19‘ y que se transmitió por plataformas digitales este martes 28 de julio.

Justamente fueron más 6 mil 263 trabajadores, entre personal docente y directivo que se avocaron a dar el todo por el todo, aún con tantos problemas en casa, para lograr que más del 80% de sus alumnos terminaran con éxito este año escolar.

El 90% de los docentes pudo sortear las trabas e incorporarse con las herramientas que tuvieron a su disposición, mientras que las circunstancias no permitieron lo mismo para el otro 10%.

Antes del mes de marzo, se entendía que la familia era la familia y la escuela era una oportunidad de aprendizaje, por lo que desde Fe y Alegría, relató Aguilar, tuvieron el reto de crear un proceso de acompañamiento continuo y sistemático.

20 puntos para todos: directivos, administrativos, docentes, padres, representantes y alumnos.

¿Quién dijo que se acabaron los sueños?

Para Henry Renna Gallardo, coordinador del Clúster de Educación, la triada de aprendizaje cognitivo, afectivo y conductual fueron clave durante este proceso.

Renna Gallardo también trabaja con Unicef Venezuela y reflexionó que «para aprender de corazón, debe tocar la cabeza para que se transforme en una acción significativa»

Es hacer una unión entre las catividades, habilidades y comportamientos que deben estar incluidos en todo proceso educativo como algo integral.

«Importa tanto el proceso como el destino de nuestros pasos en la educación», apuntó.

Para él, «esta crisis nos pone al centro y nos comprueba por hechos que el cómo aprendemos depende profundamente de cómo nos sentimos».

Relnna Gallardo también destacó el papel improtante de los docentes de Fe y Alegría en todo el país.

Si bien es cierto que la herramienta usada para continuar el proceso educativo en la nueva modalidad es importante, también lo es el «artesano que la usó».

Es por ello que también resaltó el papel fundamental que jugaron los maestros y las maestras de Fe y Alegría para «esculpir y formar a ese nuevo ser humano y, al mismo tiempo, a esa sociedad».

«Con todas las tecnologías y recursos que podíamos tener, serán los maestros y las maestras los principales protagonizas de la continuidad educativa y la garantía de una educación equitativa de calidad», sentenció.

Son ustedes, maestros y maestras, «los que han hecho posible este milagro como suceso extraordinario que produce sorpresa y admiración».

Pero, ¿cómo se hizo?

La coordinadora pedagógica nacional de preescolar de Fe y Alegría, Patricia Verastegui, explicó que para dar continuidad a las clases a distancia, buscaron fortalecer el desarrollo de competencias fundamentales en los mismos ejes que contempla el currículo tradicional.

«Nos enfocamos en tener a los chamos conectados en el estudio que ya veían trabajando, no solo lo pedagógico. Nos planteamos el reto de presentar actividades para el cuidado del bienestar físico, psicoemocional de las familias bajo el enfoque de los derechos», recalcó.