«Temo perder a mi hija. Tiene diarrea y no tengo para comprar medicamentos»

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Foto: Archivo

La desnutrición se ha convertido en un mal dentro del tejido social del pueblo wayuu.

Allí se puede observar en los niños el retraso en su crecimiento y en su estado emocional, una situación que enfrenta la población de esta región fronteriza.

El sector Campo Santo, ubicado en la población de Paraguipoa del municipio Guajira, vive Amberlin Nicol Chacín, una niña de 1 año de edad que de sólo verla llorar, se nota que la falta de alimento agobia su pequeño cuerpo.

Su madre, Trina Chacín, de 26 años de edad, relata con dolor e impotencia la falta de recursos que vive y de alimentos para su pequeña.

«No tengo trabajo, me siento atada. Tengo 3 hijos y están flaquitos. Temo perder a mi hija de un año, ella tiene varios días con diarrea y no tengo para comprar los medicamentos para su tratamiento . Me tocó automedicarla con pastillas para detener la diarrea, he tocado puertas para ayudar a mi hija pero todo es nulo, no hay respuesta. Si voy a Maracaibo me van a pedir dinero y no tengo ni para trasladarme», relata Trina con tristeza.

Por su parte, Nidia Sánchez, vecina del sector, agregó que «esto es cruel, ver a los niños que mueren de hambre en nuestro territorio. De hecho, aquí en el sector hay más de 4 niños con desnutrición, hay muchas familias de bajos recursos que solo comen uno o dos veces al día y eso es lo que afecta la salud de los niños en la parroquia. Este tema es primordial que debe revisar la alcaldesa de la Guajira».

En estos tres últimos años se pueden contabilizar de 4 a 5 niños con problemas de alimentación, provocando esta enfermedad social que destruye y deteriora su salud en las distintas comunidades de la Guajira venezolana.

Por Norma González | Radio Fe y Alegría Noticias