Por lo menos 69 víctimas mortales habían contabilizado hasta este domingo los socorristas turcos en varias ciudades del país tras el devastador terremoto que se registró este viernes 30 de octubre y que también afectó a Grecia y Macedonia.
En Bayrakli, la ciudad turca más golpeada en la región de Esmirna, los equipos de rescate también seguían buscando posibles supervivientes entre las ruinas de varios edificios derrumbados.
Unos 17 edificios se derrumbaron en esta ciudad y las búsquedas proseguían en ocho de ellos. “Sería un milagro si se encontrara a alguien con vida”, declaró una mujer, sin noticias de amigos de su familia.
El sismo fue registrado de magnitud 7, según el Instituto Geofísico de los Estados Unidos (USGS).
Su epicentro se ubicó en el mar Egeo, al suroeste de Esmirna, la tercera mayor ciudad de Turquía, y cerca de la isla griega de Samos.
Fue tan fuerte que se sintió hasta en Estambul y Atenas, en Grecia. Además, provocó un minitsunami que inundó las calles de Seferihisar, ciudad turca situada cerca del epicentro, y barrió las costas de Samos.
Es la segunda vez este año que Turquía, país atravesado por una de las zonas sísmicas más activas del mundo, sufre un terremoto. En enero, un sismo de 6,7 dejó unos 40 muertos en las provincias de Elazig y de Malatya.
Con información de agencias internacionales