Susan Lavin, una mujer de 63 años oriunda de Caracas, anda bregando desde hace 23 años en la repostería artesanal fina realizando todo tipo de postres para fiestas o graduaciones.
Susan trabajó 30 años en una empresa de tecnología, ejerciendo el cargo de vendedora. Esa dinámica fue fundamental para instigar en ella una inquietud de emprender, además de su pasión por la cocina.
Esta caraqueña es Técnica Superior Universitaria en Mercadeo, pero el amor por la elaboración de dulces le viene de sus padres, quienes eran de nacionalidades francesa e inglesa.
Susan se formó con excelentes reposteras en Venezuela. En el año 2015, emigró a Panamá debido a que sus hijas se fueron y querían estar más cerca. Estuvo cuatro años fuera del país y decidió que la repostería sería parte de sus ingresos. En esos cuatro años incursionó en la comercialización de bombonería artesanal.
Fue en el año 2019 que esta mujer regresó a Venezuela y decidió innovar su emprendimiento con la experiencia que traída del extranjero. Además, aprovechando que en Venezuela hay el mejor cacao fino y de aroma del mundo, comenzó a hacer bombones por su cuenta.
“Siempre he sido una persona inquieta, por lo que decidí que necesitaba algo manual para calmar la hiperactividad que genera el trabajo en ventas. La cocina siempre me ha gustado y hace unos 23 años comencé a hacer repostería artesanal fina”, explicó Susan a Radio Fe y Alegría Noticias.
Desafíos y resiliencia en el emprendimiento
Susan comentó que no fue fácil comenzar a implementar estas ideas en su emprendimiento debido a que apenas en el año 2019 la situación económica en Venezuela se estaba recuperando. Sin contar con que un año después se declararía un confinamiento por la COVID-19.
Sin embargo, eso no fue un obstáculo para esta emprendedora, quien aprovechó este tiempo para seguir trabajando y practicando. De allí nace otra arista de su emprendimiento: la formación a otras personas que han querido incursionar en el mundo de la chocolatería.
“No quería un emprendimiento con productos difíciles de encontrar en el país. En ese momento, asumí que conseguir chocolate en Venezuela era mucho más sencillo y económico que en otros lugares. Yo llegaba con una idea, impulsada obviamente por la necesidad económica”, contó la emprendedora acerca de su experiencia en 2019.
La historia de Susan Lavin es un claro ejemplo de resiliencia y espíritu emprendedor. A pesar de los desafíos económicos y la pandemia, supo reinventarse y convertir su pasión por la repostería en un proyecto sólido y en constante evolución. Su incursión en la formación de nuevos talentos augura un futuro prometedor para la chocolatería venezolana, llevando consigo la calidad y el sabor del mejor cacao del mundo.
Esta historia forma parte del seriado En La Brega, un especial de Radio Fe y Alegría Noticias sobre los miles de ciudadanos que diariamente están bregando en una Venezuela que sueña con un país distinto.
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