Tachirenses honraron a virgen de la Consolación de Táriba

501
Foto: Cortesía.

Este domingo 15 de agosto desde las 6:30 de la mañana la basílica de Táriba se rodeó de devotas y devotos para honrar a la virgen de la Consolación en el estado Táchira.

En el acto también estuvo presente la gobernadora de Táchira, Laidy Gómez, quien pidió a la madre por la salud de todos los tachirenses que enfrentan hoy la COVID-19.

Devotos y devotas se acercaron hasta la Basílica de Táriba. Foto: Radio Fe y Alegría Noticias.

Fe renovada

La milagrosa virgen es honrada desde 1561, se encuentra en la Basílica Menor, en la población de Táriba donde posa colocada en una ermita construida en el lugar de residencia de los indios Táriba.

La misa fue realizada por el obispo auxiliar de San Cristóbal, Juan Alberto Ayala.

“Al contemplar la hermosa y sencilla imagen de la Consolación, vemos cómo más que cargar al niño Dios en sus brazos, lo está entregando a cada uno de nosotros para que lo recibamos y seamos capaces de configurar nuestras existencias con Él. Quien ha sido recibida en nuestras casas, sencillamente, nos está pidiendo que hagamos nuestro lo más excelso: a su Hijo el Señor liberador de la humanidad”, escribió en la homilía el monseñor, Mario Moronta, quien se recupera de la COVID-19.

La Virgen María, venerada como consoladora desde el Nazaret del Táchira en su Basílica de Táriba, entona cantos con auténtica esperanza, sentimiento que llegan los tachirenses con el orgullo de contemplar y alabar a la Hija de Sión, quien enseña a su pueblo a caminar al encuentro con su Hijo.

«De nuevo aquí estamos ante el bello ícono de la Consolación de Táriba. Renovamos nuestra fe en su maternidad divina y mantenemos abiertas las puertas de nuestros corazones, hogares, instituciones y comunidades no sólo para que habite entre nosotros, sino para que el fruto bendito de su vientre continúe haciendo sentir la fuerza liberadora de su Pascua salvadora. Con Ella cantamos las glorias de su Hijo ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén», enunció el obispo Mario Moronta.