La abogada, exdiputada y doctora en Derecho Comercial, Tamara Adrián, aclaró que la nueva organización política Unidos por la Dignidad (UPD) no es un partido LGBTIQ+.
Parte de las personas que lo conforman son de la comunidad LGBTIQ+, pero no es solo de este grupo social. De hecho, están abiertos a todas las personas que quieran crear cambios sociales y pertenezcan a algún grupo que haya sufrido exclusión o discriminación en diferentes circunstancias como personas con discapacidad, adultos mayores, feministas, sindicalistas, entre otros.
Además, según ella, se diferencian del resto de las organizaciones políticas porque es un “movimiento de movimiento”.
«Un partido político tradicional tiene militantes, tiene la rigidez desde el punto de vista ideológico y tiene una disciplina partidistas. Ninguna de esas cosas están pensadas en este movimiento de movimiento», dijo en declaraciones ofrecidas a Radio Fe y Alegría Noticias en el programa De Primera Mano este martes 06 de septiembre.
Tamara Adrián también informó que recientemente se hizo el acto de solicitud del nombre de la organización, pero no se ha registrado ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), porque existe un «grandísimo» retardo en este ente en los últimos años y hay por delante de ellos más de 100 solicitudes pendientes.
Dijo que esperan tener una respuesta del CNE para posiblemente postular su propio candidato de cara a la elección presidencial y en caso de que el partido no llegue a estar inscrito, pues podrían apoyar a alguien más de otro partido político.
¿De qué se trata Unidos por la Dignidad?
Según señaló la abogada, la plataforma busca coordinar y ofrecer una inmensa posibilidad en la que existan sinergias dentro de los diferentes movimientos políticos.
«Es algo que nunca había sido ensayado en Venezuela. Lo más parecido es el movimiento que creó (el presidente) Emmanuel Macron en Francia. Es algo novedoso y que cambia los paradigmas de las políticas en Venezuela», apuntó. Además, «es una militancia entorno a ideas y desarrollos con sentido y convenidos».
Subrayó que Unidos por la Dignidad tiene tres premisas básicas: máximo desarrollo económico, máxima inclusión social y respeto de los derechos humanos. Esto partiendo de que sean las mismas personas de cada grupo social quienes diseñen sus propias políticas.
«Es una cosa bien diferente la que estamos planteando. Creemos que cuando un grupo determina los derechos de otros y los excluye estamos en presencia de un ejercicio del poder hegemónico. Por ejemplo, la política de personas con discapacidad. ¿Puedo yo como persona sin discapacidad decidir que necesitan las personas con discapacidad? Sería una osadía pero eso es lo que han hecho los grupos mayoritarios y hegemónicos», dijo.
«Entonces es un ejercicio de encontrar que solo las personas que forman parte de un determinado movimiento y están afectadas por una determinada situación política», explicó Tamara Adrián.