El Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) se conmemora cada 30 de noviembre, siendo una fecha destinada a recordar lo fundamental que es su prevención y detección temprana, así como el eliminar los estigmas que los rodean.
La iniciativa nació a finales de 2012, gracias a las administradoras de un grupo de Facebook que buscaban apoyo mutuo y exaltar la lucha de quienes enfrentan estos problemas.
De esta manera, propusieron usar un lazo o pulsera de color azul claro en la mano izquierda como símbolo de fe, solidaridad y esperanza. Otras páginas similares fueron sumándose hasta finalmente establecer esta efeméride.
Andreína Ramírez, directora de la Fundación Ayúdate, asegura a Radio Fe y Alegría Noticias que los TCA no son una elección personal, sino una enfermedad mental que requiere atención.
En el marco de este día, en Caracas, la Fundación Ayúdate visitará diversos planteles educativos para promocionar la aplicación ‘SafeApp’, creada para educar, concientizar y brindar las herramientas básicas a los usuarios sobre la alimentación, nutrición, salud física y mental.
Paralelamente, se desarrollará una actividad de poner globos si se sienten identificados con frases como: “Me han dicho algo negativo de mi cuerpo” o “Me siento feliz”. Se entregarán premios y regalos.
El conversatorio ‘Belleza auténtica’ tendrá lugar el martes 5 de diciembre en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), donde se hablará sobre la aceptación personal y cómo desafiar los estándares preestablecidos de belleza.
¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria?
Estos se caracterizan por generar comportamientos patológicos frente a la ingesta de alimentos y una obsesión por controlar el peso, afectando a personas de todas las edades, sin distinción de género o estatus social. Sus causas son multifactoriales, incluyendo: psicológicas, biológicas, socioculturales y familiares.
Expertos señalan que suelen desarrollarse en la pubertad o preadolescencia, al ser un periodo marcado por la búsqueda de identidad y validación social.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ubica a los TCA entre las enfermedades mentales de prioridad entre niños y adolescentes. Sin embargo, esto no significa que no puedan presentarse en la adultez.
En la actualidad, los TCA no solo afectan en el entorno cercano, sino que se extienden al ámbito online y redes sociales, generando una constante comparación respecto a aquellos que consideran que encajan perfectamente con los estereotipos de belleza.
Aunque la anorexia y bulimia nerviosa son los más conocidos, el trastorno por atracón es el más prevalente, caracterizado por episodios de comer en exceso.
Asimismo, se han detectado otras patologías como la vigorexia y la ortorexia, que abarca síntomas físicos, conductuales y comportamientos dañinos como vomitar, laxarse y hacer ayunos.
Las señales de alerta previas al desarrollo de un TCA incluyen aislamiento social, evitar comer en público o preocupación constante por la comida.
Incidencia de los TCA en Venezuela
En Venezuela, la Fundación Ayúdate se encarga de investigar la prevalencia de los trastornos de la conducta alimentaria, aunque Ramírez admite que aplicar encuestas en colegios y liceos se les ha dificultado.
Ayúdate se define como una organización sin fines de lucro que opera desde 2007, con la misión de formar, prevenir, apoyar e investigar sobre los TCA, como la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracón, a fin de lograr una población con un estilo de vida saludable, que se sienta satisfecha consigo misma.
En uno de sus estudios sobre la incidencia de conductas alimentarias de riesgo aplicado en seis universidades de Caracas a principios de 2020, se identificó un índice que supera el 12 % dentro de la muestra estudiada, siendo más alta en mujeres, con más del 8 %, en comparación con los hombres, que exhiben un poco más del 3 %.
Asimismo, la fundación ha observado un aumento de los TCA desde los años 2013 y 2014, el cual está vinculado a la inseguridad alimentaria presente, lo que se traduce en que gran parte de la ciudadanía no tiene acceso o no puede comprar suficientes alimentos o suficientes alimentos nutritivos para su salud y bienestar general.
Ramírez añade que las múltiples “pérdidas”, por ejemplo, la de familiares y amigos por la migración que han sufrido los venezolanos se ven reflejadas en los hábitos alimentarios.
“Nosotros comenzamos con una investigación que era con estudiantes universitarios que iban de vacaciones fuera del país para conseguir dinero para seguir pagando sus estudios y te decían: cuando llegue, por ejemplo, a Estados Unidos, me comeré todos esos chocolates que no he podido”, comenta.
Acceso a servicios y tratamientos especializados
Por otro lado, Ramírez afirma que el acceso a servicios de atención médica y tratamientos especializados en TCA es limitado en el país.
Dentro de las labores de Ayúdate está el brindar asistencia por parte de psicólogos, psiquiatras y nutricionistas tanto a mujeres como a hombres —vía telefónica o presencial—, investigar los recursos gratuitos que hay en el lugar de residencia de la persona e impartir programas de formación a padres o cualquiera que lo amerite.
Igualmente, cree que hay deficiencias en el área educativa, por ello este año ofrecerán en conjunto con la Universidad Metropolitana de Caracas (Unimet) un diplomado de formación para aprender a tratar a este tipo de pacientes.
“Se necesita generar mayor conocimiento por parte de especialistas, ya que todavía está un poco estigmatizada la enfermedad. Al igual que nos ocurre a nosotros como ONG que para conseguir apoyo en todo el tema de la ayuda humanitaria, ha sido imposible ganar algún espacio para nosotros poder trabajar”, lamenta.
A pesar de estas dificultades, Ayúdate sigue adelante con escasos recursos y dictando talleres con el respaldo de Sinergia para que todos puedan comprender lo que hay detrás de los desórdenes alimenticios, sus implicaciones psicológicas y el efecto que ha tenido la inseguridad alimentaria.
“A veces es complicado porque las personas que los sufren se les es difícil contar su historia y muchas veces al contarla también han recibido estigma por parte de doctores y especialistas”, asevera Ramírez.
En este sentido, recalca que la familia y demás allegados son claves en el proceso de recuperación, pues cuando el que le rodea le trata con cariño, lo distrae y lo hace pensar positivo. “Esa actitud ayuda a restarle importancia al problema y a buscar el camino para sentirse mejor”.
Tareas pendientes
Andreína Ramírez enfatiza a Radio Fe y Alegría Noticias que debe investigarse la relación entre los TCA con la violencia de género, la cual dificulta que quienes lo sufren alcen su voz, porque se retrata a la enfermedad como un “comportamiento de niña malcriada”.
Otro de los desafíos que añade es el acceso a información actualizada y el reconocer que no se trata de una decisión personal, sino que son muchos los responsables de que la persona caiga en ellos.
“Lo comparo con una chimenea: como en una casa donde el humo y la atención se concentran en este paciente identificado con un trastorno del comportamiento alimentario”, concluye Ramírez.
Vías de contacto
Redes sociales de la organización:
- Facebook: Fundación Ayúdate
- X (antes Twitter): @FAyudate
- Instagram: @FAyudate
Teléfonos: +58 212 9762790 / +58 414 3023722
Correo: [email protected]
Sitio web: https://fundacionayudate.org.ve/
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