Todavía muchos se preguntan qué es y dónde está ubicado el Tapón del Darién. Y es que se trata de la frontera entre Colombia y Panamá y comprende 5 mil kilómetros cuadrados de junglas, ríos y montañas peligrosas; con una topografía que la convierte en una de las rutas más peligrosas del mundo para personas refugiadas y migrantes.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en su último informe destacan que en los primeros dos meses del 2022, más de 2 mil 500 personas venezolanas han cruzado esta jungla en busca de nuevas oportunidades de vida.
El mismo informe destaca que en 2021 se movilizaron por esa nueva ruta migratoria 2 mil 819 personas. La cifra de este año incluye 1.367 niñas, niños y adolescentes.
Esta ruta, no tan novedosa, ha sido utilizada por personas de distintas nacionalidades. La mayoría provenía de Haití, Cuba, Venezuela y otros sitios tan alejados como Angola, Bangladesh, Ghana, Uzbekistán y Senegal.
En 2021 estas organizaciones internacionales reportaron la muerte de 51 personas. Se dice que cruzar esta zona selvática puede tomar hasta 10 días para una persona sin ninguna limitación, mientras más vulnerables, más tiempo tardaría.
En cifras
Según datos de la ONU, hasta la fecha más de 6 millones de migrantes venezolanos han solicitado asilo o refugio en diversas partes del mundo. La mayoría, casi 5 millones en Latinoamérica y el Caribe, huyendo de la grave crisis económica, la violencia y la falta de asideros en Venezuela.
Las 3 venezolanas que han muerto intentando cruzar
La primera víctima registrada del Tapón de Darién en 2022 fue Mariné Carolina Castellano Suárez, zuliana, de 26 años de edad. Había migrado previamente de Cabimas a Quito, Ecuador, en julio de 2021. Era técnico medio en laboratorio clínico y tenía un hijo de 6 años.
El segundo deceso ocurrió el 14 de marzo. Se trató de Andreína Chiquinquirá Acosta. La mujer había migrado desde el estado Zulia a Colombia, y de allí cruzó a Panamá con su hijo de tres años de edad.
Andreína salió con su niño desde la localidad de Necocli hasta Capurgana, lugar donde empiezan los caminantes a adentrarse a la conocida selva.
El recorrido para subir la montaña transcurría con total normalidad, pero al pasar las horas el agotamiento y la desesperación jugaban en contra de la joven mamá.
A todos los caminantes les tocaba subir una ruta montañosa de 7 horas con muchas dificultades debido a la gran cantidad de lodo y lo empinado de la cima.
El grupo que le acompañaba le brindó asistencia, pero su estado de salud era muy débil. Acosta ya no podía avanzar. Trataron de socorrerle en reiteradas oportunidades, pero lastimosamente no pudieron hacer nada. Murió de un infarto.
El tercer caso corresponde a Merimar Paola Gómez Díaz, oriunda de Caracas, falleció el 17 de marzo tras 13 días de caminata por la región. Su esposo relata que le dio un paro cardíaco. Había emigrado con su pareja, sus dos hijos y su mamá.