Trujillanos celebraron aniversario de la beatificación de JGH

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Foto: cortesía

Con doble jornada de actos eclesiásticos, la diócesis de Trujillo celebró el segundo aniversario de la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández.

Durante el sábado 29 y domingo 30 de abril, el santuario de Isnotú fue centro de actividades eclesiásticas para conmemorar la efeméride con la presencia del obispo diocesano monseñor José Trinidad Fernández y la Ordenación Sacerdotal y Primera Misa del diácono isnotuense, Hendrie Espinoza.

Un ambiente festivo reinó en el poblado durante el fin de semana. El Santuario Niño Jesús y el templo parroquial de la localidad, engalanados con abundantes flores ofrendadas por algunos devotos, lucieron esplendorosos para albergar a los cientos de parroquianos y visitantes que abarrotaron ambos recintos religiosos.

Sábado sacerdotal

El día sábado se inició la programación, a las 9:00 de la mañana, con la procesión desde la casa familiar del joven Hendrie José Espinoza Domínguez. Música de viento, calles adornadas con motivos alusivos al Dr. José Gregorio y la feligresía local portando sus estandartes acompañaron al hijo isnotuense que ese día recibiría la ordenación sacerdotal. Las imágenes de Nuestra Señora del Rosario, patrona parroquial, y del beato José Gregorio Hernández presidieron la alegre caminata por las calles principales del pueblo.

Además del obispo de Trujillo, monseñor Trino Fernández, se hizo presente monseñor Lizandro Rivas, obispo auxiliar de Caracas, y trujillano de nacimiento. Cincuenta sacerdotes diocesanos, diáconos seminaristas y feligreses venidos de localidades cercanas conformaron, juntamente con la entusiasta comunidad local, la asamblea eclesiástica.

Durante la solemne eucaristía concelebrada, que comenzó a las diez y media de la mañana, el obispo diocesano confirió el sacramento del Orden Sacerdotal a Hendrie Espinoza. Ante el pastor diocesano el joven isnotuense realizó las promesas sacerdotales y recibió el presbiterado mediante la imposición de manos y la oración consecratoria. La comunidad parroquial, con sus sacerdotes y religiosas, participó con fervor y organización del armonioso acto religioso que habían estado preparando. Los padres y un nutrido grupo de familiares del neo sacerdote, junto a los grupos de apostolado seglar, participaron y ayudaron también en los actos de preparación y celebración. Un armonioso ensamble de coros parroquiales amenizó con sus bellos cantos la ceremonia. Una nutrida representación de boconeses, ciudad donde prestó servicio eclesiástico durante el último año el diácono, se hizo presentes el día sábado.

En horas de la noche la comunidad católica organizó un homenaje cultural y religioso en honor al hijo sacerdote, en la Plaza José Gregorio Hernández. Hubo danzas venezolanistas, poemas, felicitaciones, videos de amigos y familiares que están en el extranjero y un repertorio de música religiosa y folclórica.

El domingo 30 de abril desde muy temprano repicaron las campanas y celebraron misas en el santuario. A las nueve de la mañana fue trasladado el nuevo sacerdote desde su casa al santuario. Era el día del aniversario de la beatificación y la Primera Misa del padre Espinoza. Ya el obispo diocesano y varios sacerdotes esperaban al neo presbítero. En el oratorio del beato, llamado también la casita de oración donde nació el Dr. Hernández, el padre Hendrie bendijo sus ornamentos sacerdotales y vasos sagrados que la parroquia y algunos amigos feligreses le ofrendaron para la Primera Misa.

Monseñor José Trinidad participó de la ceremonia como prelaticio, es decir, con sus vestiduras de obispo, pero sin presidir la ceremonia sino ubicado a un lado del altar debido a que las normas litúrgicas establecen que si el obispo celebra debe presidir él mismo la eucaristía. En los casos de una Primera Misa o aniversarios sacerdotales se acostumbra que el pastor diocesano se revista con sotana, roquete y estola, ubicado en un lugar específico del altar mayor.

La ceremonia de la primera misa comenzó a las 10:00 de la mañana y se llevó a cabo con mucha solemnidad y devoción por parte del nuevo sacerdote a quien acompañaron en el altar tres presbíteros, un diácono y los seminaristas mayores que ayudaron en el servicio litúrgico. La coral parroquial tuvo a cargo los cantos litúrgicos.

Monseñor José Trinidad Fernández dirigió la homilía en la Santa Misa destacando y relacionando el camino de santidad del beato, la jornada mundial de oración por las vocaciones y el don del sacerdocio que en la eucaristía tiene su mayor expresión de entrega.

Tanto el párroco Magdaleno Álvarez como el neo sacerdote, agradecieron la presencia del Obispo, la asistencia fraterna de los sacerdotes, la organización del comité pro ordenación con sus respectivos equipos de trabajo y la participación de la comunidad católica. El padre Hendrie hizo referencia a las cercanías que en su ministerio sacerdotal desea tener muy presente, como indica el Papa Francisco: con Dios, primeramente, con su obispo, con los sacerdotes y con el pueblo de Dios encomendado. Terminada la eucaristía el pastor diocesano dedicó tiempo para saludar y compartir con los presentes.

Sacerdocio, Iglesia y santidad

Monseñor José Trinidad, quien estuvo presente durante las dos jornadas, aprovechó para dirigirse a sus diocesanos, tanto en las predicas como en sus mensajes a través de los medios de comunicación social. Destacó la figura del beato José Gregorio Hernández como un seglar que realizó a plenitud su vocación y vida en la iglesia. Tanto al neo sacerdote, como a los sacerdotes y fieles presentes en las ceremonias el obispo propuso que el beato sea no solo una figura llamativa sino un cristiano ejemplar cuya vida estamos llamados a conocer e imitar, particularmente en su relación con Dios como con sus semejantes.

Aprovechó el pastor diocesano para exhorta a sus sacerdotes a que ejerzan el ministerio al estilo de Jesucristo el buen pastor conociendo, amando y sirviendo con abnegación. Destacó la importancia de la ordenación sacerdotal de otro joven trujillano para rememorar en sus presbíteros la identidad del sacerdote diocesano que en plena comunión con su Obispo y sus hermanos sacerdotes llevan a cabo su tarea pastoral no en nombre propio sino como instrumentos y mensajeros del Buen Pastor y Sumo Sacerdote.

“El sacerdocio católico es algo que no podríamos habernos imaginado, pero Jesús, que consagró su vida al Padre Celestial, y se ofreció como Buen Pastor y Sumo Sacerdote que dio la vida por su ovejas, ha querido asociar a los seres humanos, a algunos escogidos especialmente, para perpetuar su presencia sacramental a través de la historia, como buenos pastores de su pueblo santo, siempre con olor de oveja, que las cura y protege, por ello la Iglesia tiene que ser lugar de espacios seguros” dijo el obispo.

Al celebrarse la Primera Misa del neo sacerdote en el contexto del domingo del Buen Pastor y la jornada mundial de oración por las vocaciones, elevó una oración agradecida por cada uno de sus sacerdotes, aprovechando para invitarles a imitar la santidad en el servicio que caracterizó al beato José Gregorio, dando y desgastando la vida como la entregó nuestro Señor Jesucristo. Los animó a ser compañeros de camino con el pueblo de Dios, nutriéndose de la oración y los sacramentos, para llevar a los verdes pastos de la salvación a aquellos que Dios les encomienda. Se hace necesario y urgente que vivamos y seamos buenos pastores y no asalariados comentó el obispo, al explicar el evangelio proclamo en la Santa Misa.

También tuvo palabras de congratulación para el nuevo sacerdote a quien dirigió importantes consejos referentes a la vida espiritual y pastoral. Felicitó a la familia Espinoza Domínguez y a la parroquia Nuestra Señora del Rosario que en esta ocasión fue epicentro de los actos diocesanos para conmemorar el segundo aniversario de la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández Cisneros.

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